Opinión

Crisis Venezuela

Crisis Venezuela

Era iluso pensar, con todo y las expectativas que solían crearse, que con contradicciones tan arraigadas entre el Gobierno y la oposición de Venezuela podía llegarse a un acuerdo definitivo sobre la prolongada crisis en la nación suramericana durante la última ronda del diálogo celebrada el pasado sábado en República Dominicana. El deseo es una cosa, pero la realidad es otra.

“Que nada esté aprobado hasta que todo esté aprobado”, como declaró un dirigente opositor tras la posposición del diálogo para este jueves, no puede verse como una nota de pesimismo.

No obstante algunos incidentes, entre los que figuran las recriminaciones y hasta la incertidumbre que plantea la ejecución del expolicía Óscar Pérez y otros sublevados, el hecho mismo de que las partes decidieran seguir las conversaciones abre muchas posibilidades de que a través del diálogo se pueda conseguir una fórmula que ponga fin a la prolongada crisis de Venezuela.

Por más pesados que sean los obstáculos que se interpongan en el camino, hay que tratar de sortearlos. El Gobierno venezolano, que carga sobre su lomo las sanciones económicas de Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, además de la ojeriza de la comunidad internacional, sabe que tiene que ceder frente a las principales demandas de la oposición para romper el círculo vicioso que ha caracterizado el diálogo.

Todavía no se realice el encuentro pautado para hoy jueves en busca de una solución estable, pacífica y democrática a la crisis que sufre Venezuela, tampoco es para desencantarse. Son muchos los ingredientes en el conflicto que tienen que abordarse con la mayor mesura para evitar las manipulaciones o, como teme la comunidad internacional, una salida a lo Gatopardo.

No es suficiente para despejar la atmósfera que Maduro se comprometa a garantizar plenas garantías para las elecciones presidenciales de este año, sin avanzar pasos concretos, sobre todo en casos tan perturbadores como la inhabilitación por la cuestionada Asamblea Constituyente de líderes políticos.

La comisión mediadora que preside el presidente Danilo Medina ha realizado un loable sacrificio para que los venezolanos encuentren una solución a la crisis. Los delegados deben ponderar ese esfuerzo para acelerar un diálogo en que tampoco las partes pueden excederse más allá de lo razonable. La intención de un real acuerdo tiene que prevalecer para que el diálogo culmine con un final feliz.

El Nacional

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