Opinión

Crónica del Presente

Crónica del Presente

Por más de cuarenta años, después de abril de 1965 y no obstante ser de manera permanente militante político, con ideas definidas, coherente, frontal y explícito, exponiendo nuestra manera de pensar y nuestras ideas en los medios escritos, radiales y televisivos  y actuando inspirados en la honestidad y buena fe, hemos llegado, más allá de la madurez de nuestra vida, a la conclusión de que el futuro inmediato de la República no se vislumbra en camino hacia puerto seguro, que permita consolidar al pueblo, convertido en Nación y organizado como Estado Republicano, que inspiró desde principios del siglo XIX a una vanguardia de sensibilidad social y patriótica admirable, que lucharon y muchos de ellas y ellos ofrendaron sus vidas persiguiendo un sueño, al parecer imposible, de construir una sociedad independiente, democrática, organizada y justa.

Hemos llegado a la primera década del siglo XXI, más de 150 años después de haber sido proclamada la República el 27 de febrero de 1844 y haber sido Restaurada, a sangre y fuego, el 16  de agosto de 1863. ¡Qué largo, difícil y desafiante  ha sido el camino! Y qué difícil y largo nos luce ahora cuando al parecer, de manera inevitable, se ha generado y profundizado un vergonzoso proceso de inversión de valores que arropa a todos los sectores de la sociedad. No importa la categoría económica, social o política de mujeres y hombres; por encima del deseo y las intenciones de quienes denunciamos esta realidad, ella se impone en la mayoría de las relaciones que en las actividades de la vida se desarrollan: la mentira, la fabulación, la ostentación y en términos populares, “el aguaje”.

Y hacemos estos señalamientos, que en realidad son recordatorios, porque en este camino difícil que recorre nuestro pueblo, el gobierno del  Partido de la Liberación Dominicana, que encabeza el compañero Leonel Fernández Reyna, aunque algunos no lo crean, es una responsabilidad colectiva de todos los miembros del PLD, mujeres y hombres, responsabilidad que alcanza a los miembros de los partidos y grupos aliados al PLD y, con más razón también, a los amigos del presidente, simpatizantes y colaboradores peledeístas que desempeñan funciones públicas y son beneficiarios, como lo somos todos, de la autoridad y, en muchos casos, los privilegios que nos otorga la investidura de un cargo gubernamental.

Alerta a los peledeístas,  porque el partido y el gobierno están bajo un fuego de mentiras, señalamientos falsos, calumnias y chantajes. Por eso nuestra conciencia nos obliga a ser prudentes, precavidos, honestos y valientes, para no caer en excesos y dejarnos arrastrar  a un terreno enfangado, en el cual nos quieren ver sumergidos hasta el pecho sin podernos mover, defendernos y mucho menos responder, la avalancha de acusaciones y diatribas que se lanzan a través de  los medios de comunicación. Los peledeístas debemos tener presente que Juan Bosch, el Maestro inmortal, fundó este partido a los 64 años de edad y protegido con la armadura extraordinaria de su valor cívico enfrentó en los barrios y en las calles, carreteras y caminos, a perredeistas, reformistas, mepedeistas y la pandilla irrespetuosa de la CIA, que se identificaba con el nombre de PACOREDO.

El sábado 30 de mayo, en Santiago, en el acto celebrado en el Club Sameji en el cual el Comité Provincial presentó su Plan Estratégico, cuando clausuramos la actividad como coordinador de la Comisión que integramos los compañeros Ramón Ventura Camejo, Monchy Fadul y el autor de esta columna, advertimos a nuestras compañeras y compañeros que debían cumplir con las responsabilidades que tenían asignadas, porque en el PLD “no hay costillas benditas, ni torres sagradas”, y advertimos también que había compañeras y compañeros, equivocados, que jugaban a su personalidad, emborrachados de fantochería; que si compañeras y compañeros creían que estaban por encima del PLD que presentaran sus candidaturas al margen del partido. Y, como complemento, pedimos a nuestros aliados que no presionen al PLD ni le impongan sus criterios y condiciones.

Que en la opinión nuestra, el PLD podía presentar sus candidaturas propias a todos los cargos electivos de la nación; con sus programas y experiencias. Reconociendo que el apoyo y la solidaridad de nuestros aliados es necesaria. Por eso, queremos alertar a nuestras compañeras y compañeros, recordándoles que “la pelea es peleando” y que “la política es un arte y una ciencia en cuya actividad solamente se hace lo que conviene no lo que los demás quieran que se haga”. No importa que muchas veces se disfracen de amigos o simpatizantes o “encaramados” en tarimas de analistas, comentaristas, articulistas o locutores de las cuales las mayorías de las veces son en su conducta y en los absurdos que plantean verdaderas expresiones de “ascensoristas, oportunistas y veletas del momento”.

El Nacional

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