Opinión

CRÓNICA DEL PRESENTE

CRÓNICA DEL PRESENTE

Las instrucciones del profesor Bosch que llegaron por vía de la hermana de Enriquillo Del Rosario Ceballos en carta dirigida a ella, en el sentido de que se inscribieran en el PRD cien profesionales universitarios; en el orden estratégico la intención que motivaba esa decisión era que los militares del Movimiento Clandestino Militar Constitucionalista percibieran el apoyo que tenían ellos en la misión que estaban realizando en la conspiración para derrocar el gobierno defacto del Triunvirato.

Enriquillo aceptó la idea que le externamos Ramón Blanco Fernández y el autor de esta columna, en el sentido de que debíamos realizar concentraciones de apoyo a la constitucionalidad, solamente para profesionales universitarios. A esos fines esas concentraciones debían realizarse en la ciudad capital y en Santiago.

Para realizar esas actividades se efectuaron tres o cuatro reuniones en las cuales se acordó también redactar un documento de críticas severas al desorden económico, corrupción y malversación de fondos que el gobierno ilegitimo había puesto en ejecución; documento que debía estar firmado por la mayor cantidad posible de profesionales universitarios. Para redactarlo fue escogida una comisión integrada por el arquitecto Leopoldo Espaillat Nanita, el doctor Francisco Antonio Avelino, el doctor Bolívar Batista del Villar y el autor de esta columna. Se realizaron dos concentraciones de profesionales, la primera en enero de 1965, en el Roof Garden de la Cervecería Presidente, y la segunda en los primeros días de febrero, en el Hotel Matum de Santiago. El documento se publicó después del día 10 de febrero firmado por más de tres mil profesionales universitarios.

Esas dos concentraciones de profesionales en la realidad pusieron “la tapa al pomo”. El gobierno ilegitimo acorralado trató de dar respuesta a esa grave acusación, promulgando en primer lugar una ley, numerada 302, que establecía la tarifa de los honorarios profesionales de los abogados, ya que estaban enterados que la mayoría del sector profesional que dirigía y se movilizaba contra el gobierno eran profesionales del derecho. Transcurrido el mes de febrero el Movimiento Clandestino Militar Constitucionalista aumentó, de manera extraordinaria, en las filas del Ejército y la Fuerza  Aérea, recibiendo también en su seno algunos oficiales de la Marina de Guerra. El autor de esta columna estaba profundamente preocupado, porque la experiencia nos aseguraba que una acción de esta naturaleza no sería aceptada por el gobierno de los Estados Unidos. El gobierno ilegitimo que había sucedido al profesor Juan Bosch en los destinos nacionales era realmente un apéndice incondicional, servil y amanuense, de la política exterior de los Estados Unidos, que en esta región del Caribe se manifestaba con una agresividad increíble, atemorizados porque se repitiera en otro de los pueblos caribeños un episodio similar al que había encabezado Fidel Castro en Cuba.

El Nacional

La Voz de Todos