Opinión

CRÓNICA DEL PRESENTE

CRÓNICA DEL PRESENTE

 Con el título de ¡Muchas Gracias! publicamos siete columnas de “Crónica del Presente” y obligado a no perder la secuencia de los temas tratados en esas columnas, no pudimos expresar el profundo sentimiento de dolor por la muerte de dos personas ocurridas en agosto: Silvia Isidor Silva y Helvio Rodríguez Grullón, destacadas personalidades nativas de nuestra pequeña patria adoptiva como fue la provincia de Montecristi y su municipio cabecera, que lleva el nombre de San Fernando de Montecristi. Silvia, maestra desde su adolescencia, fue la directora de la Escuela Primaria de Varones Honduras, en cuyos cursos primarios estudiamos, bajo su dirección como primera figura del plantel de enseñanza, demostrando con su severa disciplina y autoridad magisterial los matices de una personalidad admirada y respetada en el inicio de una carrera que culminó después con elevadas posiciones en el Ministerio de Educación y condecorada con el premio anual “Ercilia Pepín”.

Helvio Rodríguez Grullón, ingeniero, ministro de Obras Públicas y senador de la República, miembro de una distinguida familia ya que fueron sus progenitores doña Ana Antonia Grullón y José Eugenio Rodríguez Jimenes (Maeno), que completaban además, Olga, Héctor,  Hugo, José Leonidas (Cuchi), quienes tenían además, como hermanos de padre a María Rosita Rodríguez de Moreaux y Manuel Emilio Rodríguez (Papito); desde niño comenzaron nuestras relaciones con la mayoría de ellos, ya que Olga contrajo matrimonio con Quilvio Casanova quienes procrearon entre otros hijos a Carmencina Casanova, esposa hoy de Víctor Gómez Bergés. En la niñez y en nuestra adolescencia Héctor y Helvio celebraban todas nuestras travesuras y muchos años después, graduado de doctor en Derecho, con activo y militante ejercicio profesional, fuimos abogado de tres de los miembros de esa familia.

De Carmencina en la litis de la estación de servicios y venta de derivados del petróleo ubicada en Naco, en la cual ganamos, hace más de cuarenta años, nuestro primer millón de pesos; de Helvio en diferentes oportunidades también con las estaciones de su propiedad en Montecristi, y con Cuchi cuando vendió la estación que tenía en la hoy 27 de Febrero, cerca de la calle Barahona. El recuerdo imperecedero siempre hacia Silvia Isidor, a su familia y particularmente de su hermano Gaspar, nuestro maestro de música, director de la Banda de Música Municipal de Montecristi. Para Helvio, atento, gentil, bondadoso y solidario con nosotros, el cariño y la gratitud por la forma en que nos distinguió, como hemos dejado constancia, en nuestra niñez, adolescencia y en el ejercicio profesional como abogado, depositando en nosotros una confianza absoluta, que nos obligó siempre a responderle con honestidad y firmeza. ¡Para Silvia y Helvio siempre!

El Nacional

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