Con todo respeto (I)
La compañera Margarita Cedeño de Fernández, ciudadana Vicepresidente de la República, acompañada del ministro de Salud, compañero Freddy Hidalgo, hicieron público la semana pasada la decisión tomada por el superior gobierno de ampliar el hospital infantil Robert Reid Cabral, con dos nuevas edificaciones que serían anexadas a la edificación original; conexidades que se construyeron muchos años después de haberse inaugurado ese centro de atención infantil. El autor de esta columna, militante fundador del Partido de la Liberación Dominicana, está en la obligación de hacer de conocimiento público, también lo que considera una decisión política improcedente que terminará creándole más problemas a la responsabilidad del Ministerio de Salud y del Gobierno Nacional, si se amplía el hospital Reid Cabral, con las construcciones que han anunciado la Vicepresidente de la República y el ministro de Salud.
Lo primero que el autor de esta columna debe señalar es que ese local en el cual se aloja el hospital infantil no fue construido para un establecimiento de esa naturaleza; fue construido para instalar allí un hotel similar al que originalmente se llamó Hotel Paz y que después recibió el nombre de Hispaniola. Desde el 1955, cuando se inauguró la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre, acontecimiento que debía conmemorar los veinticinco años de la dictadura de Rafael Trujillo Molina, a la fecha han transcurrido cincuenta y nueve años, largo proceso de tiempo en el cual las ciencias médicas y todos sus derivados han sufrido una transformación en el orden tecnológico extraordinario. Ese centro hospitalario por demás está a una distancia enorme de las familias, mujeres y hombres que procrean hijos, que por su pobreza deben ser atendidos en ese lugar.
El área donde está construido ese hospital, es realmente un área turística y hotelera, que circunstancias que no vienen al caso señalar, pero entre las cuales está la irresponsabilidad y la indiferencia de muchos gobiernos que han antecedido a este gobierno del PLD que preside Danilo Medina, quienes no han asumido la responsabilidad de convertir en un centro turístico, moderno, con centros de convenciones que no existen en la ciudad capital, que terminaría siendo por su belleza marítima inigualable, un atractivo extraordinario para quienes visitan nuestro país. Tres avenidas de primera categoría coinciden en ese lugar: George Washington, Abraham Lincoln e Independencia. Pudiendo construirse un balneario de primera categoría como existen en otros lugares del mundo y también en el área de Centroamérica y el Caribe.
No es un atrevimiento de nuestra parte y por eso el autor de esta columna ha hablado de este tema, porque consideramos que una decisión precipitada como esa debe ser consultada con un verdadero consejo de arquitectos y personas dedicadas a las actividades del turismo, que ha terminado al parecer, en convertirse en la más importante de las actividades económicas de la nación; desgraciada y funesta decisión que ha sido consecuencia también de una falta absoluta de planificación tanto en las áreas costeñas, como en cualquier otro lugar del territorio nacional en la cual se pretenda construir. Al parecer, y haremos la explicación en una próxima columna, no se han tomado en cuenta las posibilidades reales de hacer las cosas como deben pensarse y más luego hacerse, para que a la larga no sea una realidad dolorosa, económicamente costosa, que nos obligue a decir que, “mas costó la sal que el chivo”.
