Opinión

CRóNICA DEL PRESENTE

CRóNICA DEL PRESENTE

En alerta permanente

 

En nuestra columna del 29 de diciembre próximo pasado, titulada “Adiós 2014”, ratificamos la responsabilidad de este Gobierno del PLD, que copiamos textualmente a continuación: “Es responsabilidad del Partido de la Liberación Dominicana, concebido, fundado y dirigido por Juan Bosch, para completar la obra republicana de Juan Pablo Duarte y sus compañeros, no permitir que perezca y que desaparezca de la faz de la tierra, esta sociedad que como nación se ha ganado el respeto de su existencia por el esfuerzo de sus luchas y el sacrificio de sus hijos. Sobre los hombros del PLD, queda la responsabilidad de la existencia de “este pueblo legendario, veterano de la historia y David del Caribe”, que es en síntesis uno de los reconocimientos y elogios más merecidos que se le han hecho.

Cuando hicimos esa advertencia a nuestros compañeros de partido, incluidos todos los que militan en sus filas, hasta el más humilde, si cabe ese calificativo de sus miembros, no habían ocurrido los graves incidentes en la parte Sur de la Isla, en la frontera dominico haitiana, cuando en el consulado dominicano en una comunidad de esa región, en territorio de Haití, fue asaltado por una turba que secuestraron a funcionarios de esa oficina y dos miembros del Ejército dominicano. Esa provocación inaceptable, atrevida, irrespetuosa y cobarde es una manifestación del plan que han elaborado Estados Unidos de América, Canadá y Francia, denunciado por el autor de esta columna hace más de treinta años y que hemos venido repitiendo constantemente a través del tiempo. Esa denuncia, públicamente donde primero la hicimos fue en el programa televisivo titulado “Revista 110”, producido por Julio Hazim en Radiotelevisión Dominicana y en el cual participaban Consuelo Despradel y Machi Constant.

La tolerancia con la que nos hemos comportado los dominicanos ha estimulado a los haitianos y también a los enemigos de la soberanía e independencia de nuestro pueblo, a pensar, porque no cabe otra expresión, que tenemos miedo y que en cualquier momento arrebatados por la indignación, los militares y el pueblo dominicanos, ejecutemos un genocidio causando la muerte de cien o doscientos haitianos, que nunca han podido vencernos en batallas frontales. A ese plan se suma ahora la construcción en territorio dominicano de “barrios”, de doscientas cincuentas viviendas, financiados por organizaciones canadienses disfrazadas con el nombre de “ONG”. Cuando eso suceda, que debemos estar alerta para que no ocurra, la Organización de las Naciones Unidas y todos esos organismos burocráticos internacionales, carentes de autoridad moral, estarán en condiciones de ordenar una intervención en territorio dominicano para unificar la Isla, con el conglomerado humano que es Haití.

¡Cuidado, alerta siempre! Que ejerzan la autoridad militares y civiles y los Ministerios del Gobierno así como los Ayuntamientos y otros organismos que están en la obligación de velar por el orden, la limpieza y la integridad de nuestras vías de comunicación, que esta nación convertida en Estado independiente, como consecuencia incuestionable de las más bellas acciones de dignidad y valor de nuestro pueblo, es propiedad única y exclusiva de nuestros descendientes.

El Nacional

La Voz de Todos