Opinión

CRóNICA DEL PRESENTE

CRóNICA DEL PRESENTE

Abril 2015

 

(II)

Como dijimos en la columna anterior, Rafael Fernández Domínguez, fundador y organizador del Movimiento Militar Constitucionalista, fue extrañado del país y nombrado como “agregado militar” en Chile, y por recomendación de Fernández Domínguez, el profesor Bosch aceptó que el coronel Miguel Ángel Hernández Ramírez, militar instructor con notable autoridad en las filas del Ejército, pasara a ser la cabeza dirigencial de la conspiración que se había puesto en ejecución para expulsar de la dirección política de la nación al gobierno de facto, entreguista, corrompido, prevaricador y malversador de los dineros del Estado. Después de agosto de 1964, tal vez en los primeros días de septiembre de ese año, uno de los primos del autor de esta columna, Papito Félix Abreu, veterano capitán de las filas del Ejército, nos visitó en nuestra oficina profesional, situada en el edificio El Palacio, en la calle El Conde esquina 19 de Marzo, y nos informó que estaba en plena ejecución un movimiento militar para derrocar el gobierno de facto del Triunvirato.

En ese período, hasta llegar al 1 de enero de 1965, numerosos oficiales del Ejército, la Marina y la Aviación Militar Dominicana, se integraron al Movimiento Constitucionalista, de los cuales es obligatorio señalar entre los más importante a: Manuel Montes Arache, Juan Lora Fernández, Manuel Núñez Noguera, Píndaro Peña Perelló, Manuel García Germán, Eladio Sánchez Ramírez, Jesús de la Rosa, el capitán Peña Taveras y otros que fueron arrastrados por lo que se había convertido en una ola de simpatías entre los militares más jóvenes de las Fuerzas Armadas de nuestro país. La actividad política en contra del gobierno ilegítimo, en el desenvolvimiento de la acción insurreccional, era de tanta importancia que el profesor Bosch había escrito a mediados del mes de diciembre de 1964 una carta a la profesora Marina del Rosario Ceballos, hermana de Enriquillo del Rosario Ceballos, secretario de asuntos profesionales del PRD, en la cual le decía lo que a continuación reseñamos:

“A Enriquillo, que organice a la mayor brevedad, el ingreso de cien profesionales universitarios a las filas del PRD, particularmente a los que tienen sensibilidad y militancia política”. Dos o tres días después, Bienvenido Corominas Pepín, “Dido”, presidente propietario de Seguros Pepín, cuya oficina estaba en el segundo piso del edificio El Palacio, al lado de la nuestra, nos invitó que fuéramos a su despacho pues Enriquillo quería conversar con el autor de esta columna, que en aquel momento desempeñaba las funciones de secretario de la Asociación de Abogados Dominicanos, ADOMA, sindicato profesional que tenía una notoria influencia en la vida profesional y política del país. Enriquillo nos enseñó la comunicación dirigida a su hermana y nos pidió que encabezáramos esa inscripción masiva que el profesor Juan Bosch requería desde Puerto Rico, comprendiendo nosotros, de manera inmediata que esa decisión del profesor tenía una relación directa con el movimiento conspirativo para derrocar el gobierno ilegítimo, corrompido y entreguista del Triunvirato. Le pedimos permiso a Enriquillo y a Dido Corominas, que era el presidente de la Comisión Política del PRD, para invitar a nuestro compañero de oficina Ramón Blanco Fernández, fundador del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, a participar en la reunión que sosteníamos porque era importante escuchar su opinión como militante político, revolucionario y simpatizante del profesor Juan Bosch. Continuaremos.

El Nacional

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