Opinión

CRÓNICA DEL PRESENTE

CRÓNICA DEL PRESENTE

Euclides Gutiérrez Félix

¡Adiós, Mundito!

 

En un corto período de tiempo, dos figuras con matices y perfiles diferentes, en principio, en la vida pública del país, se despidieron de la vida después de haberle servido en esas actividades al pueblo dominicano que siempre los tendrá presente en el recuerdo de su memoria. Primero, se despidió para siempre Héctor Aristy Pereyra, “El Chino”, militante político que se convirtió en una figura de primera categoría a partir del 24 de abril de 1965, y días después, más lejos aún, cuando Juan Bosch, desde Puerto Rico, lo designó Ministro de la Presidencia del Gobierno Constitucional de la República en Armas que presidió en aquel episodio imborrable de la historia, Francisco Alberto Caamaño Deñó.

La otra figura que se ausentó para siempre fue Rafael Edmundo Espinal Hernández, Mundito, artista, compositor, dirigente político y combatiente, soldado de la Patria, en la legión de héroes y próceres dominicanos que enfrentaron la intervención militar de Estados Unidos de América en territorio dominicano, a partir del 28 de abril de 1965.

El autor de esta columna tiene vínculos no solamente de amistad y de militancia con Mundito, sino también con su hermano Emmanuel Espinal Hernández, alias “Manny”, hijos del matrimonio de Gastón Espinal y Alba Hernández. Amistad, más que amistad parentesco familiar, que se inicio desde su llegada al país.

Que vivió por muchos años en la 19 de Marzo esquina Salomé Ureña, de esta ciudad, en un pequeño edificio y en el que tuvo su local después aquella infame publicación vespertina que se llamaba “Ultima Hora”, donde originalmente estuvo en su primera planta, el domicilio de la Máximo Gómez, CxA, empresa dedicada a la venta de cosméticos y otros productos. En la casa de la familia Espinal Hernández vivió, si cabe la palabra, por mucho tiempo, José Francisco Peña Gómez, después de la epopeya incompleta, que se inicio el 24 de abril de 1965.

Pero Mundito y Manny, el primero casado con Milagros García y el segundo con Socorro Arias de Moya, quienes fueron compadres del autor, tienen méritos tan notables que sería una conducta de irresponsabilidad y de ingratitud no recordarlos en un momento como este. Ambos fueron desde antes de que Juan Bosch regresara al país y el PRD se instalara aquí, miembros de esa organización en el exterior y cuando la presencia de ese partido culminó con la victoria inigualable de la candidatura presidencial de Don Juan, el 20 de diciembre de 1962, Mundito y Manny fueron militantes coherentes, valientes y responsables del PRD.

Y fue esa conducta de esos hermanos, hijos de un matrimonio extraordinario, que militó en el exilio contra la dictadura de Rafael Trujillo, lo que influyó en Juan Bosch para utilizarlos como activistas de extraordinaria importancia en la campaña heroica del Movimiento Militar Constitucionalista. Fueron Mundito y Manny, junto a Leopoldo Espaillat Nanita y el exteniente Carlos Gómez Ruiz, bajo la dirección inmediata de Rafael Molina Ureña, quienes actuaron con mucho riesgo en la organización de esa conspiración política.

Mundito, hombre de espectáculos artísticos, mantuvo por años programas en los medios de comunicación, discreto, puntual, honesto, compositor de hermosas canciones y ritmos populares, al igual que Manny, intelectual del más alto nivel, valiente, honesto, coherente, estarán siempre en el recuerdo, con la gratitud eterna de nuestro pueblo y como extraordinario ejemplo de patriotismo, dignidad y sacrificio. A Milagros y también para Alba Rhina y los miembros de esa familia, la solidaridad en su dolor en este momento inevitable de la vida.

El Nacional

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