Opinión

CRÓNICA DEL PRESENTE

CRÓNICA DEL PRESENTE

¡En guardia!

 

En un plazo menor de dos meses se han dictado tres decisiones, tomadas fuera de nuestro país, que afectan profundamente el presente y el porvenir de la República Dominicana. La primera de ellas tomada por el jefe de la Iglesia Católica, el Papa de nacionalidad argentina Francisco Primero, la segunda por el gobierno de Estados Unidos de América anunciada por el vocero del Departamento de Estado, señor John Kirby, y la tercera por una declaración de los llamados Ministerios de Comercio e Industria, Economía y Finanzas, el de Agricultura, Recursos Naturales y Desarrollo Rural, que supuestamente existen en el conglomerado humano que conocemos con el nombre de Haití. Lo que preocupa realmente es en esta última decisión que se hablen tantas mentiras como si realmente Haití fuera un Estado organizado en el Sistema Republicano con Ministerios, Poder Legislativo y Poder Judicial.
La decisión del papa Francisco Primero de designar a monseñor Francisco Ozoria Acosta, Arzobispo Primado de Santo Domingo, sustituyendo al Cardenal monseñor Nicolás López Rodríguez, quien con verdadero sentimiento patriótico, republicano, decoroso y valiente, dirigió la Iglesia Católica en nuestro país por espacio de largos años. Los informes que el autor de esta columna tiene del sustituto del Cardenal López Rodríguez, desde hace muchos años, es que por encima de su ordenamiento como sacerdote, es un defensor de los haitianos, particularmente los que han emigrado a nuestro país desde hace muchos años, en busca de trabajo.

La experiencia nos enseña, a los políticos profesionales, ser muy prudentes al emitir juicios o acusaciones de temas tan serios e importantes como el que estamos tratando y detrás de la designación del nuevo arzobispo de Santo Domingo, sin dudas, está la mano del gobierno de Estados Unidos o de quienes manejan la política regional, particularmente en el caso de la isla de Santo Domingo.
La otra decisión de graves consecuencias es el anuncio de que el gobierno de Estados Unidos no aportará fondos para las supuestas elecciones que deberán realizarse en Haití para el 9 de octubre del corriente año, en la que hay inscritos ya 29 candidatos a la presidencia.

Las autoridades estadounidenses han tomado esa decisión porque para las elecciones pasadas que supuestamente se celebraron en Haití, habían aportado 33 millones de dólares que realmente no se sabe el destino que tuvieron, aunque todo el mundo sabe en Haití y en República Dominicana, que fueron a parar en los bolsillos de un pandilla de bandoleros, la mayoría de ellos apadrinados por el matrimonio de Hillary y Bill Clinton.
Y la tercera medida ha sido la que tomaron supuestos ministros de Haití en relación con productos alimenticios dominicanos de consumo masivo, como la harina de trigo, preparaciones en formas de cubo y otros variantes de las sopas y los caldos, que ascendieron recientemente a 53.63 millones de dólares, decisión que no solamente perjudica a los empresarios y comerciantes dominicanos y más que a nuestro país, a ese incapaz de producir sus alimentos, como es el conglomerado humano que recibe el nombre todavía de República de Haití.

Vamos a ver hacia dónde vamos por este camino y le pedimos a nuestros compañeros del PLD, que gobierna nuestro pueblo, que las consecuencias de estas medidas y la intromisión del CONEP, FINJUS, Participación Ciudadana, los navieros y otras supuestas organizaciones de la sociedad civil, a la larga van contra la vida, la soberanía y la dignidad del pueblo dominicano.

El Nacional

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