Opinión

CRÓNICA DEL PRESENTE

CRÓNICA DEL PRESENTE

¡Fuera de aquí!

 

Hoy 19 de septiembre, se inaugura en el Teatro Nacional Eduardo Brito, la XIX Feria Internacional del Libro, Santo Domingo 2016, dedicada a esa figura ilustre de la educación dominicana, Salomé Ureña de Henríquez, y a ese acto que debe llenar de orgullo a todo el pueblo dominicano, el autor de esta columna, Crónica del Presente, no asistirá en protesta porque en el desarrollo del mismo, se le hará entrega del Premio Internacional Pedro Henríquez Ureña, una de las más grandes figuras de las letras y la enseñanza de nuestro país y de otros pueblos de América, a un aventurero intelectual llamado Mario Vargas Llosa, que es en la realidad de la vida, un apátrida, plagiador, mentiroso, difamador, calumniador y engreído.

Calificativos que hemos señalado en muchas oportunidades al igual que otras figuras del periodismo y de las letras internacionales.

El Premio Internacional del Ministerio de Cultura Dominicano, Pedro Henríquez Ureña, lo concedió un jurado que no sabemos y nos importa un pito quienes lo integran, ya que lo único que realmente nos indigna y justifica esta oposición que hacemos pública, es que ese premio le sea entregado a ese monumento de atrevimiento y arrogancia que después de su libro “La fiesta del chivo”, dedicado al ajusticiamiento de Rafael Trujillo Molina, escribió un artículo bajo el título de “Los parias del Caribe”, en el cual calumnia y difama al pueblo dominicano.

“La fiesta del chivo” es una ofensa inaceptable a la mujer dominicana, a los que le sirvieron a Trujillo y sus descendientes que no han tenido valor de defenderlos y defenderse, a los hombres dominicanos, a la dignidad de nuestro pueblo y al personaje histórico, asesino político, selectivo, intolerante y represivo, cuyo régimen incorporó a nuestro país al siglo XX.

Mario Vargas Llosa, según reveló Bernard Diederich, hace muchos años, lo que escribió con “La fiesta del chivo”, fue un plagio del libro de Diederich titulado “La muerte de un dictador”, quien agregó además que cuando Vargas Llosa había puesto en circulación su libro, un corresponsal del periódico El País, que estaba en Santo Domingo, le notificó que su obra, “era un plagio”.

En su conducta contra el pueblo dominicano el apátrida Mario Vargas Llosa, cuando fue dictada la sentencia 168-13 por el Tribunal Constitucional Dominicano, criticando esa sentencia publicó el artículo “Los parias del Caribe” afirmando que era un desatino que “niega la nacionalidad de los emigrantes irregulares”, quiere decir a los emigrantes haitianos y sus descendientes ilegales que residen en la República Dominicana. Sus antiguos compatriotas peruanos, nacionalidad de la cual adjuró, en la comunidad de Puno, a orillas del lago Titicaca, cuando la visitó en 1990 como candidato presidencial lo hicieron salir huyendo y le gritaban en su dialecto los insultos siguientes: waqrasapa (cornudo), rosquete allqo (perro) y qanra (sucio).

Reiteramos que no aceptaremos bajo ninguna condición darle legalidad y autenticidad a ese acto de cobardía, lambonismo y servilismo, que sin lugar a dudas contará también en el escenario exterior con el aplauso y la aceptación de ese conglomerado de organizaciones de basuras internacionales, que tienen por nombre Organización de Estados Americanos (OEA), Naciones Unidas y Comisión Internacional de los Derechos Humanos. ¡Ningún pueblo ser libre merece, si es esclavo indolente y servil!

El Nacional

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