Opinión

CRÓNICA DEL PRESENTE

CRÓNICA DEL PRESENTE

¡División Berlanga!

XVII
Las relaciones de Trujillo con la Grenada Company fueron distantes, y el que tenía la responsabilidad dentro del régimen de mantener relación con los gerentes y funcionarios de la empresa, era su hermano Héctor Bienvenido Trujillo Molina, alias Negro. Fue éste siendo secretario de Guerra y Marina, en 1946, quien le ordenó al general Fernando Sánchez hijo, jefe de Estado Mayor del Ejército Nacional, que remitiera a nuestro padre a Manzanillo, a donde mister Dave Cloward, gerente general de la empresa, con una carta de recomendación para que se le facilitara un empleo, señalando en la carta de presentación que nuestro padre era un excapitán del Ejército, institución a la que había servido por algo más de 20 años, de una conducta incuestionable y una admirable disciplina. Los funcionarios estadounidenses estaban muy bien informados de la naturaleza del régimen dictatorial que gobernaba nuestro país.
A partir de 1950, como hemos señalado, la compañía trabajaba y realizaba sus actividades con una eficiencia y capacidad admirables. Manzanillo era una pequeña ciudad perfectamente organizada, con hermosas construcciones habitacionales para los empleados de la numerosa burocracia, que vivían en ese lugar, pequeñas viviendas para los obreros y trabajadores de diferentes actividades y amplios y cómodos barracones, para lo que eran solteros.

Había también, como hemos señalado, una escuela primaria hasta el octavo curso, un moderno hospital bajo la dirección de médicos profesionales de excelente categoría que para esa época estaban encabezados por Rafael Batlle, Fellito, urólogo de gran categoría, ampliamente reconocido. Manzanillo además de un excelente acueducto, tenía servicio energético las 24 horas del día y una abastecida bodega de servicios, la cual vendía a todo el personal una extensa cantidad de mercancías y productos de excelente calidad.
En la parte alta, llamada “El Cerro”, se habían construido más de cuarenta chalets, con diseño propio del trópico y patios hermosos y amplios para los empleados de mayor jerarquía, lugar al cual se anexó después un hermoso escenario de expansión llamado “Club de Golf”, con una hermosa piscina y tal vez el campo de golf más hermoso que había en el país. En Manzanillo estaban asignados oficiales de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional: un comandante de un destacamento del Ejército, bajo el mando de un primer teniente que por lo regular era un hombre de color.

Estaba también un oficial de la Marina de Guerra que desempeñaba las funciones de comandante de puerto y un oficial segundo teniente de la Policía Nacional, que comandaba a un reducido grupo de miembros de esainstitución. Los que hemos sobrevivido a esa época sentimos profunda decepción y pena de presenciar ahora ese desorden municipal que sustituyó aquella hermosa colectividad.
En el escenario donde se habían sembrado las fincas productoras de bananos se organizó también una manera socialmente efectiva para los que vivíamos allí: todos los bateyes de las fincas tenían un play y una escuela que llegaba solamente al 3er. curso de la primaria porque la escuela que completaba la primaria que se iniciaba en el 4to. curso había sido establecida en La Cruz de Palo Verde.

En esos bateyes estaba también en la finca “Madre”, el play con media luna y sembrado de césped, el primero que se construyó en el país, lugar que tenía como escenario el famoso equipo conocido con el nombre de “Batey Madre” del cual salieron los peloteros amateurs de fama nacional de los que hemos hablado. Continuaremos…

El Nacional

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