Opinión

CRÓNICA DEL PRESENTE

CRÓNICA DEL PRESENTE

¡División Berlanga!

XXXI
La siembra de la variedad de bananos o guineos que comenzó a cultivarse en la sección cuatro, de la finca Maguaca, de la División Berlanga, de la Grenada Company, en Monte Cristi era un tipo de fruto que aunque guineo al fin, no tenía el mismo tamaño y sabor que la variedad llamada “Johnson”, diferencia que empezaba en el tamaño de la mata, ya que aquella que producía el Cavendish era de apenas cinco pies de altura y la del Johnson alcanzaba diez o doce pies; el tamaño del fruto era el doble del que producía el Cavendish, y por esas razones a la mata productora le denominaban con el nombre de “media mata”.

“El mal de Panamá”, no pudo ser controlado efectivamente y se extendió en un período no mayor de tres o cuatro años a la mayor parte de las seis fincas bananeras que hemos señalado por sus nombres en columnas anteriores.
En ese período de tiempo, llegaron a la División Berlanga después de mister Eycock, dos nuevos superintendentes, el primero de ellos fue Rolando Cose Manzanares, ingeniero agrónomo, graduado en universidades de Estados Unidos, cuyo padre era un inglés, y su madre hondureña.

Don Rolando era padre de una numerosa familia de ocho vástagos, hembras y varones, entre las cuales estaban dos hermosas jóvenes adolescentes que respondían a los nombres de Julia y Guillermina, esta última llamada cariñosamente “Mina”.

Don Rolando, como decíamos, era un personaje que irradiaba una autoridad de respeto y consideración, superior a la mayoría de los que habían desempeñado las funciones de superintendente de Agricultura de la División Berlanga.

Era un hombre culto, con vasta sabiduría, no solamente en la profesión que había estudiado, sino también en otras áreas del conocimiento.

Inició con el autor de esta columna, no obstante la diferencia de edad, una relación amistosa, paternal y cariñosa, aunque sus hijas y uno de sus hijos tenían más edad que nosotros. ¡Con cuánto respeto y admiración recuerdo la figura de don Rolando Cose!.

En nuestras conversaciones que se producían en términos de la historia hispanoamericana, particularmente de las naciones de Centroamérica y del Caribe, tocamos todos los temas, haciendo hincapié por la importancia de lo que había sucedido en los episodios de las “Guerras de Independencia” libradas contra España y más luego la guerra de México contra Estados Unidos y de Augusto César Sandino, en Nicaragua, así como la intervención de los ejércitos estadounidenses en la República Dominicana en el año de 1916.

Don Rolando con mucha prudencia criticaba la naturaleza represiva del régimen de Rafael Trujillo Molina, aunque diferenciaba al dictador dominicano de otros dictadores hispanoamericanos.

En el registro de nuestra memoria vive el recuerdo de don Rolando, porque sus dos hijas de más edad, Julia y María Guillermina, casaron con dominicanos.

La primera, con un extraordinario parecido a Sofía Loren, la famosa artista italiana de aquella época, contrajo matrimonio con Juan Líster Bircam, compañero y amigo íntimo desde el inicio de la adolescencia del autor de esta columna. La segunda, cariñosamente llamada “Mina”, contrajo matrimonio con nuestro hermano mayor Mario César, conocido también con el nombre de “Capitán Memoria”; “Mina”, moriría aquí en la Republica Dominicana, hace muchos años.

Ella fué entre las esposas de los hijos del matrimonio Gutiérrez Félix, la favorita de nuestra madre. Continuaremos…

El Nacional

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