Opinión

CRÓNICA DEL PRESENTE

CRÓNICA DEL PRESENTE

V
Los fundadores de la república, Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella, fueron extrañados de nuestro país, pocos meses después de haber sido fundada la República y establecido un Estado independiente, soberano y libre, bajo los principios de una democracia total y absoluta, como lo había señalado Juan Pablo Duarte cuando declaró en su proyecto de Constitución que “la bandera dominicana puede cobijar todas las razas y no excluye ni da predominio a ninguna de ellas”, principio fundamental para servir como base permanente y eterna a una nación, como la que había nacido, formado y desarrollado, muchos años antes de 1795, cuando se ejecutó el “Tratado de Basilea” y aquella expresión admirable de patriotismo, llamada Tomasa Cruz, exclamó en la esquina formada de las que son hoy las calles, El Conde y Arzobispo Meriño al escuchar el anuncio infame del tratado, “¡Isla Mía, Patria Mía!” y cayó muerta.

Duarte, Sánchez y Mella no son padres de la patria, no los son tampoco, ni fundadores de la nación dominicana, que están definidas, ambas cosas, por el Diccionario de la Lengua Española, de la Real Academia Española, cuando dice: ” Patria. tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos”, y más adelante; dice: “Lugar, pueblo, ciudad o región en que se ha nacido”.

Esa trilogía encabezada por Juan Pablo, son próceres y héroes de la nación dominicana que la convirtieron en Estado Republicano, a partir de aquella noche inolvidable del 27 de febrero de 1844 en el “Baluarte de la Puerta del Conde” enarbolando la consigna de “Dios, Patria y Libertad”, consigna eterna, inmutable, que distingue a este pueblo nuestro, “legendario, veterano de la historia y David del Caribe”, a quien el autor de esta columna ha calificado siempre, “actor solitario de su historia”.

Así como ellos no son los padres de la patria, no son tampoco los protagonistas y actores de la Restauración de la República, que es la gran epopeya de la historia del pueblo dominicano, que deben ser reconocidos como próceres de esa gesta de valor extraordinario, que admiró a hispanoamerica y otras regiones del mundo, porque en el escenario nacional el pueblo dominicano derrotó a las tropas de ocupación de la monarquía española, integrada por soldados, que había admirado, como tropas de combate, Napoleón Bonaparte, emperador de Francia, reconocido como el genio militar mas importante que ha tenido la historia de la humanidad.

Próceres de la Restauración, los primeros, son aquellos que encabezaron el Gobierno Restaurador: José Antonio Salcedo,”Pepillo”, Gaspar Polanco y Pedro Pimentel, quedando el segundo de ellos con una imagen opacada, totalmente, por su comportamiento cuando desempeñaba las funciones de Presidente de la República.

La otra figura más destacada de los tres presidentes fue Pedro Pimentel, prócer de la Independencia y la Restauración, de los gestores del llamado “Grito de Capotillo”, que dio inicio el 16 de agosto de 1863 a la Guerra de Restauración y que cumpliendo las funciones de Presidente, denunció el llamado “Pacto de El Carmelo”, y recházándolo, obligando a los españoles, encabezados por el orgulloso general La Gandara y Navarro, a abandonar el territorio dominicano sin condiciones, durante el mes de julio de 1865. Continuaremos…

El Nacional

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