Opinión

CRÓNICA DEL PRESENTE

CRÓNICA DEL PRESENTE

¡Juan Pablo Duarte! y VI

En nuestra columna anterior, volvimos a repetir tal vez por décima o más veces, desde que escribíamos hace más de 30 años, en nuestra columna “Meridiano Nacional”, en el matutino El Sol, que se editaba en Santiago, que debíamos tratar con términos reales a las figuras de más importancia política y transcendencia histórica en la vida de nuestro pueblo, encabezados por Juan Pablo Duarte, líder más importante de los fundadores de la República, a quien acompañaron en esa inolvidable tarea, Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella, y otros compañeros que aunque necesarios e importantes, no tuvieron en aquel entonces la vocación y entrega de protagonizar, como primeros actores de ese episodio inmortal y eterno.

Duarte, Sánchez y Mella, son los fundadores de la República, los dominicanos del presente y los del mañana estamos obligados a cumplir con el compromiso sagrado de mantener viva, independiente y soberana la patria que nos vio nacer y en la que vamos a descansar de manera definitiva.

El pueblo dominicano o dicho en términos sociales de manera correcta, la nación dominicana, cuya génesis se remonta, muy lejos en el levantamiento que llevó a cabo el gran capitán de la escuela militar dominicana, Enriquillo, cuando en 1519, se alzó en las montañas del Baoruco para preservar las vidas de sus hermanas y hermanos de raza, sometidos a la explotación y al maltrato por los hijos de los conquistadores españoles que habían aparecido en el escenario físico de la isla en 1492.

Después de Enriquillo, invicto, capitán del Baoruco, vinieron los negros cimarrones, que aprendieron del jefe militar aborigen, transculturizado, que sabía hablar, leer y escribir el español y que había aprendido cuando era paje y escudero de Diego Velázquez, los conocimientos fundamentales en el orden militar que aplicó después con maestría admirable en las montañas del sur de la isla de La Española.

Los fundadores de la república fueron políticos excepcionales, sensibles a la realidad de nuestro pueblo, que no aceptó en ningún momento de manera complaciente la dominación de los haitianos cuando ocuparon la parte oriental de la isla y se negaron a hablar y no aprendieron nunca el creole y el patuá y asimilar las costumbres y los hábitos de vida de los haitianos, actitud que era la más vivida expresión de que los dominicanos -españoles o españoles dominicanos, como se auto llamaban los habitantes de la parte oriental de la isla, se habían convertido en una nación de firmes convicciones, dispuesta a correr todos los riesgos y realizar todos los sacrificios que fueren necesarios por su existencia.

A concluido el Mes de la Patria, y frente a los peligros que amenazan a los dominicanos, o las maniobras y atrevimientos de los enemigos de nuestra soberanía, auspiciadas y financiadas por Estados Unidos de América, Francia y Canadá a través de esos organismos internacionales, encabezados por esa entelequia prostituida llamada Organizacion de Estados Americanos, (OEA) y su dependencia llamada Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) , tenemos que invocar no solamente a Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella, sino también a los héroes y próceres de la Restauración de la República, encabezadas por aquellas figuras como Pepillo Salcedo, Pedro Pimentel, Benito Monción, José María Cabral, Gregorio Luperón, sumando a su recuerdo a Juan Bosch, Francisco A. Caamaño Deñó, Rafael Tomás Fernández Domínguez, Manuel Montes Arache, que no podrán ser olvidados en la historia de este pueblo “Legendario, veterano de la historia y David del Caribe”.

El Nacional

La Voz de Todos