Opinión

CRÓNICA DEL PRESENTE

CRÓNICA DEL PRESENTE

Están aquí, en territorio dominicano, los embajadores que han nombrado en nuestro país Estados Unidos de América y la República Popular China. La representante diplomática del presidente Donald Trump es una distinguida dama empresaria de origen judío, que responde al nombre de Robin Bernstein, al parecer muy conocida en el estado de la Florida y en otros lugares de Estados Unidos porque sus actividades como empresaria las ejerce en el campo de los seguros, pero al parecer es muy amiga del presidente estadounidense y, según dicen, íntimamente ligada a un grupo de importantes y ricos empresarios aliados a mister Trump.

El representante de la República Popular China, el señor Zhang Run, es un veterano diplomático y burócrata del servicio exterior de su país, que además de que habla español ha prestado servicios y ha visitado varios países de hispanoamérica. Ambos funcionarios han hecho de conocimiento público las actividades más importantes que van a realizar en República Dominicana.

Las relaciones diplomáticas con s Estados Unidos de América, tienen sus orígenes en el siglo XIX en el momento en que históricamente nacía y se consolidaba la república de aquel entonces hasta ahora; esas relaciones han pasado por todos los tamices incluyendo dos intervenciones militares a la nación dominicana; aunque la más dramática, dolorosa, ejemplar e imperecedera fue la que ocurrió a partir del 28 de abril de 1965, ordenada por el presidente Johnson, de ingrato recuerdo para nosotros, para impedir el retorno de Juan Bosch a la presidencia de la República, apoyado por la mayoría del pueblo dominicano en un levantamiento militar, histórico, que dio lugar a un enfrentamiento valiente, patriótico, viril y admirado por la mayoría de los pueblos del mundo, dirigido por el gobierno de la República en Armas encabezado por el coronel Francisco A. Caamaño Deñó. Episodio que el autor de esta columna ha calificado en el orden histórico como la epopeya incompleta de la República Dominicana.

El representante diplomático de la República Popular China, Zhang Run, tiene la distinción de su país de dar inicio a las relaciones diplomáticas con este pueblo al que un antiguo amigo y aliado de esa poderosa nación de oriente, llamado Fidel Castro Ruz, calificó como “Pueblo legendario, veterano de la historia y David del Caribe”, en reconocimiento a su decisión y actitud de enfrentar a partir del 28 de abril de 1965 en el terreno del combate, al ejercito llamado el más poderoso del mundo.

El autor de esta columna, puede decirle a sus compatriotas que las autoridades de la República Popular China de aquel entonces, estamos hablando de 1966, reconocieron a los dominicanos por la invitación que nos hicieron las autoridades que gobernaban en ese año, y permanecimos en su territorio por espacio de casi dos meses y se nos distinguió al invitarnos a dar varias charlas en Pekín, Shanghái y otros lugares, para narrar los aspectos fundamentales de ese episodio inmortal de nuestro pueblo.

Bienvenida distinguida dama estadounidense, Robin Bernstein, elegante y de bella sonrisa, que antes de llegar a la República Dominicana, como descendiente de judíos, ha dado las gracias a nuestro pueblo que recibió con gentileza y solidaridad, a sus ascendientes en los años de 1940. Bienvenido también al señor Zhang Run, que encontrara aquí, los descendientes de compatriotas que comenzaron a llegar a nuestro país a fines de siglo XIX.

El Nacional

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