Opinión

Crónica del Presente

Crónica del Presente

El mitómano de abril
En los últimos 20 años ha aparecido en el escenario político un batallón de aventureros, mitómanos,    que en los medios  escritos han publicado millares de cuartillas, autocalificándose de personajes históricos y sin pudor han comparecido a los medios radiales y televisivos citando, señalando episodios y papeles protagónicos en acciones y acontecimientos de incuestionable importancia histórica. Esos embusteros han externado en esos medios versiones, memorias y testimonios que han borrado los perfiles de la verdad histórica de esos episodios; pero uno de los más atrevidos es Claudio Caamaño Grullón. Ahora daremos las razones porqué  ese señalamiento y acusación.

El episodio político militar más importante en nuestra historia republicana del siglo XX  fue el Levantamiento Militar que se inició en  la mañana del 24 de abril del 1965, ejecutado por jóvenes oficiales de las Fuerzas Armadas, en el cual estaban implicados como organizadores y dirigentes, en la clandestinidad, un número importante de oficiales del Ejército, bajo la jefatura del fundador del Movimiento, Coronel Rafael Fernández Domínguez, a quien había relevado, interinamente, el Coronel Miguel Hernando Ramírez, quienes actuaban en el orden político, bajo el liderato y las ordenes del profesor Juan Bosch. Esa conspiración, discreta y silenciosamente organizada, tenía como objetivo el restablecimiento del Gobierno Constitucional que el distinguido intelectual y político había presidido a partir del 27 de febrero de 1963.

Por más de 40 años, Claudio Caamaño se ha presentado como dirigente del más alto nivel y héroe legendario, haciendo uso de su parentesco con quien terminó siendo figura estelar junto a Juan Bosch, Rafael Fernández Domínguez, Manuel Ramón Montes Arache y José Francisco Peña Gómez, Presidente de la República en Armas, el Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó. En un rosario  de mentiras, inventivas y tergiversaciones, este mitómano incorregible ha terminado presentándose como sobrino de Francisco Alberto Caamaño, según recoge el Listín Diario en su edición del martes 14 del corriente mes de abril, en su reportaje de la página 2, firmado por Yanela Zapata, bajo el título “El Metro Honra la Memoria de Alberto Caamaño”,  que de primera intención demuestra la inexperiencia de quien la escribió y de quienes lo titularon.

El prócer de la República que encabezó al pueblo dominicano en ese episodio que conmovió al mundo, no tenía como primer nombre el de “Alberto”. El Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, conocido por el diminutivo de Francis, no tenía el parentesco en primer grado con el mitómano de abril Claudio Caamaño Grullón, quien refiriéndose a la estación del Metro de Santo Domingo dice, no sabemos hablando en representación de quién: “Estamos muy agradecidos por el hecho de que una estación se llame como mi tío, pero creo que esa decisión forma parte de una intención oportunista del Gobierno. Utilizan figuras de esa naturaleza para mejorar la mala fama del proyecto del Metro”, y cierra la crónica diciendo que así “afirmó Claudio Caamaño, sobrino del Líder”.

 Risibles las ocurrencias de este mitómano. Claudio es hijo de César Caamaño y de doña Antonia Grullón, de origen montecristeño; César, que llegó al rango de Mayor del Ejército, era primo hermano de Fausto Caamaño Medina, el padre del héroe de abril y prócer de la República, o sea, que Claudio Caamaño era primo tercero de Francisco Alberto. Llegó ese  fabulador a Primer Teniente de la Policía Nacional y nunca perteneció al grupo de oficiales activos y expulsados de las Fuerzas Armadas que bajo el liderato de Fernández Domínguez y de Hernando Ramírez derrocaron el Gobierno de-facto del Triunvirato. Estaba destacado en Santiago el 24 de abril y llegó a Santo Domingo después del 27 al mando de tropas policiales que venían a contrarrestar la insurrección. Fue apresado en la Zona Norte y trasladado a la Ciudad Colonial.

 Instalado el Comando Militar Constitucionalista, bajo la jefatura de Caamaño, este fue informado de que un oficial de la Policía que se identificaba como su primo estaba preso en el Palacio de Justicia. Caamaño ordenó a su tío, el Mayor Alejandro Deñó Suero, alias Chibú, que fuera a ese lugar porque Francis tenía el presentimiento de que era su primo Claudio. Chibú lo sacó de la prisión y lo llevó ante Francis, quien lo incorporó al movimiento. El coronel Montes Arache, el coronel Héctor Lachapelle, el coronel Núñez Noguera, el capitán Jesús de la Rosa, el capitán García Germán, oficiales del Estado Mayor de Caamaño, son testigos de lo que, como testimonio, afirmamos.

 Es necesario detener la avalancha de mentiras, calumnias y difamaciones a que nos tienen acostumbrados los que usufructúan el sacrificio, heroísmo y valentía de nuestro pueblo en ese hermoso episodio que hemos llamado “La Epopeya Incompleta”.

El Nacional

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