Opinión

“Cruzando el umbral de la esperanza”

“Cruzando el umbral de la esperanza”

Revisando el fin de semana nuestra biblioteca y reencontrándome con grandes autores que en su momento acompañaron mis largas horas de estudios y de reflexiones que nos tocó transitar para salir con transparencia y honradez en mi dilatada carrera pública y política, me topé con una extraordinaria obra que tuvimos una vez la oportunidad de estudiar, y que se titula “Cruzando el umbral de la esperanza”, de ese extraordinario ser humano y gran personaje que honró a la humanidad con su tránsito por la existencia terrenal. Nos referimos al recordado y admirado Papa Juan Pablo II.

Su nombre secular era Karol Wojtyla, nacido en Polonia en mayo de 1920 y fallecido en abril del 2005 en el Vaticano. Asumió como Papa en octubre del 1978 hasta su muerte, siendo el Papa número 264 en la historia de nuestra Iglesia Católica.

Fue tan trascendental su labor y realizaciones que fue canonizado en el 2014, durante el pontificado del actual Papa Francisco. Fue aclamado como uno de los líderes más influyentes del siglo XX, especialmente por ser uno de los principales símbolos del anticomunismo. Se le conocía como el Papa viajero, ya que visitó 129 países durante su pontificado. Hablaba italiano, francés, alemán, inglés, español, portugués, ucraniano, ruso, croata, esperanto, griego antiguo, latín y polaco.

Tuvimos el privilegio de conocerlo, primero, cuando asistimos, en representación del gobierno en compañía del Jefe de nuestra policía a la sazón, a la ordenación Cardenalicia de nuestro pariente, Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, y luego como canciller de la Republica, cuando el Papa visito nuestro país con motivo de la celebración del V Centenario del descubrimiento de América en el año 1992.

Una de sus últimas obras, “Cruzando el umbral de la esperanza” y que motiva este artículo, fue un gran éxito internacional, en el cual el Papa Juan Pablo II nos trae a un nivel accesible los más profundos cuestionamientos teológicos de nuestras vidas. Recurre al corazón de sus creencias personales sobre la existencia de Dios, la dignidad de los humanos, el dolor, sufrimiento y maldad; sobre la vida eterna y el significado de la salvación; la esperanza; la relación de los Cristianos con otras religiones.

Su mensaje: ¡No tengan miedo!, propicio para nuestro pueblo dominicano, para que mantenga siempre su Fe y la esperanza en su destino y porvenir, a pesar de las vicisitudes y pruebas en el camino que seguimos viendo y vadeando de alguna forma. Porque como dice la palabra, “Si Dios está contigo, quien estará contra ti”. Hasta el próximo jueves.

El Nacional

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