¿Qué Pasa?

Cuando se deja de prolongar la vida

Cuando se deja de prolongar la vida

Luego de la delicada operación de un tumor en su cabeza, Luisa había quedado postrada en una cama sin poder moverse ni hablar. Su estado era un dolor profundo para su familia que se mantuvo durante casi un año cuidándola con la esperanza de que un milagro le devolviera la salud que ya los médicos no le garantizaban.

Su cuerpo parecía consumirse cada día entre aparatos que la mantenían respirando, mientras ella pedía con voz entrecortada a su familia que la dejaran ir. Son muchos los casos como este que vemos a diario, de personas que por diferentes problemas de salud, o como consecuencia de un accidente catastrófico, piden morir con dignidad, y en el momento en que lo deseen, para lograr el descanso final.

Pero también son muchas las familias a las que les duele el alma, porque, lo cierto es que se hace difícil apoyar esta decisión que de seguro los traumará por muchos años.

La historia de la estadounidense de 29 años Brittany Maynard, que enferma de cáncer terminal anunció su suicidio asistido tomando unas píldoras recetadas por un médico, el 1 de noviembre del 2014, en Oregón, donde sabía podía beneficiarse de la ley del suicidio, puso de nuevo en el tapete los términos de: voluntad anticipada y suicidio asistido.

Profesionales de la medicina han definido la voluntad anticipada, como la decisión que toma una persona de ser sometida o no a medios, tratamientos o procedimientos médicos que pretendan prolongar su vida cuando se encuentre en etapa terminal y, por razones médicas, sea imposible mantenerla de forma natural, protegiendo en todo momento la dignidad de la persona.

Mientras que el suicidio asistido es cuando se proporciona a una persona, de forma intencionada y con conocimiento, los medios necesarios para suicidarse, incluidos el asesoramiento sobre dosis letales de medicamentos.

Debe estar basada  en una reflexión

La psiquiatra del Centro Vida y Familia, Rosanna Ramírez, explica que desde el punto de vista de la salud mental, existen factores emocionales que determinan la toma de una decisión sobre todos los ciclos vitales del ser humano, como son nacer, crecer, reproducir y morir. Variables que unidas a emociones como la desesperanza, tristeza, desmotivación, agotamiento, entre otras, pueden llevar a una persona al suicidio asistido o eutanasia.

La experta resalta que “es importante señalar que esta decisión debe estar basada en una reflexión realizada desde el sistema de creencias del individuo donde se analicen las consecuencias positivas o negativas de dicha acción, llegando a la conclusión de que la eutanasia es la mejor alternativa”.

Agrega que en una familia donde se decide aplicar la eutanasia en uno de los miembros, la tensión psicológica y afectiva que se produce puede propiciar conflictos e inestabilidad emocional en los demás miembros.

Concluye que para practicar la eutanasia en un paciente, se deben cumplir los siguientes criterios: el paciente sufre de un dolor insoportable, la muerte es inevitable, se han utilizado todas las medidas para manejar el dolor sin resultados, el paciente no padece de ninguna enfermedad mental como la depresión.

Otros casos que hicieron historia
Inmaculada Echevarría

En 2007 esta paciente española que padecía de distrofia muscular progresiva, pudo cumplir su deseo de una muerte digna. Tras años de lucha para que se le retirara el respirador artificial, lo consiguió a través de una aprobación oficial. “No es justo vivir así. Mi vida es soledad, vacío y opresión. No acepto que medios artificiales me mantengan con vida”, declaró antes de morir.

Edward Thomas Downes y Joan Thomas

Uno de los más respetados directores de orquesta del Reino Unido decidió suicidarse junto a su esposa, en un centro de eutanasia de Suiza en 2009. Downes de 85 años, estaba casi ciego y tenía una grave pérdida de audición y Joan de 74, fue diagnosticada con cáncer terminal. Murieron en paz, bajo las circunstancias que ellos mismos habían elegido, según lo anunciaron sus hijos.

Terri Schiavo

Tenía 41 años de los que pasó 15 en estado vegetativo tras sufrir un ataque cardíaco a causa de una baja de potasio.

Su esposo, Michael Schiavo, se dedicó a cuidarla, pero tras una ardua batalla legal pidió que se le retirara el catéter que la alimentaba alegando que ella le había dicho en su momento que no quería ser mantenida viva por medios artificiales si algo catastrófico le pasaba. Luego de esa batalla legal y política, la Justicia de Estados Unidos ordenó en 2005 que le desconectaran. Terri falleció en Florida en 2005, casi dos semanas después.

Craig Ewert

En diciembre de 2008, Gran Bretaña se conmovió por la difusión de el documental de un suicidio asistido. Craig Ewrt, de 59 años, ingirió un cóctel mortal de somníferos y murió; las imágenes fueron transmitidas por la cadena de televisión privada Sky.

UN APUNTE

No contamos con estructura adecuada

“En la República Dominicana no está permitido legalmente practicar la eutanasia ni contamos con la estructura adecuada para llevar a cabo dicha práctica”, explica la psiquiatra Rosanna Ramírez, quien afirma que en el país hasta la fecha no hemos tenido ningún caso de suicidio asistido. La eutanasia es una práctica ilegal en la mayor parte del mundo.

Desde el 2014 apenas hay cuatro países, y el estado de California en EEUU, donde es un derecho más.

En Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Colombia la eutanasia está permitida legalmente, mientras que en Suiza o en algunos estados norteamericanos como Oregón, Washington, Vermont o Montana se solapa a través de legislaciones difusas.

La aprobación del artículo 11 de la Constitución de la Ciudad de México permite la muerte digna y la posibilidad de pedir la eutanasia. México, el séptimo país en el mundo que podría permitir la eutanasia.