Opinión

CUANDO SEA PRESIDENTE

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Ebola por un tubo II

 

Concluí la entrega anterior denominando “Epidemiología del Miedo”, a lo que nos quieren hacer con el ébola, y que ya lograron con las gripes aviar y porcina. Y pedía: “Prestemos atención, eso sí, a accidentes, feminicidios, dengue y malaria, entre otros”.

De todas maneras, debo volver sobre el tema. En 1995 salió una película titulada en inglés “Outbreak”, cuya traducción es “brote” y que en español le pusieron el sinónimo “epidemia”. Al debutar, fue la más taquillera esa semana y se convirtió en un clásico del cine recaudando, según Wilkipedia casi 200 millones de dólares.

Protagonizada por Morgan Freeman, quien descubre el brote en Zaire (primera coincidencia) en 1967, sólo le cambiaron los dos números del año en que aparece y cuando muestran el virus “motaba”, el que aparece es el ébola, otra coincidencia es que 30 años después otro de los protagonistas, Dustin Hoffman, al ir a investigar el brote establecen que las personas mueren a las 24 horas de enfermar con una letalidad del 100% (al ébola le atribuyen el 90%). La otra coincidencia es que lo que termina propagándola en América y el mundo es un mono que sacan clandestinamente y termina contagiando a su dueño, y a partir de ahí es la de “Belén y los pastores”. La película causó miedo en donde la vieron, y ahora andan en lo mismo las autoridades mundiales de salud, pues poco a poco van sacando una que otra información de que ha muerto alguien, que pobladores huyen de los pueblos y los centros de salud, muestran imágenes de trabajadores de la salud más forrados de uniformes que astronautas e insisten en que el mundo está en peligro.

Insisto en que tomemos todas las medidas de lugar para vigilar que no nos llegue nadie de por allá con el virus, pero nuestras prioridades son otras, por más que quieran asustarnos los que manejan el poder y los cuartos.

El Nacional

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