Opinión

CUANDO SEA PRESIDENTE

CUANDO SEA PRESIDENTE

Con dos grandes

 

Anduve, por trigésima segunda ocasión, en 29 años, por las montañas que circundan el pico Duarte. Esta vez volví a viajar con cuatro compañeros de mis primeros viajes: Luis Manuel Pucheu, Blasina Fabián, Nisaury Ventura e Ignacio Vargas. Nos sirvió, de nuevo, para replantearnos los objetivos de vida que poseemos y que de cuando en vez reciben un golpe que los hace tambalear. Les aseguro que regrese renovado en los afectos de las lomas que midieron, cuidaron y protegieron Juan Bautista Pérez y Miguel Francisco Canela Lázaro (Seguiré insistiendo que los dos parques nacionales que se unen en el pico Duarte lleven sus nombres). La compañía, además, del magistrado RafaelCiprián fue un aliciente.

Al día siguiente del descenso de lo más alto del Caribe fue electo al Salón de la Fama del Béisbol uno de mis ídolos como deportista: Pedro Martínez, el único lanzador de sus números que no llega a los seis pies de estatura, y que por eso, y su poco peso, fue rechazado por Los Dodgers y cambiado a los Expos por el segunda base DelinoDeshields. Ya Pedro tenía fama cuando coincidimos en una actividad política en 1996. Realmente no llega a los 5, 10 de estatura, por eso la grandeza de sus hazañas, pero por sobre todas las cosas una expresión de tesón, perseverancia y un fiero competidor. Cargado de dignidad supo mantener una actitud decente dentro y fuera del terreno. Nunca he entregado mi fanatismo a alguien que destacándose en una actividad deportiva, social, artística o literaria no la respalda de una vida decorosa. En 1999 rechacé una invitación a uno de los restaurantes más famosos del país porque esa noche pichaba Pedro. No me entusiasma un nacionalismo pendejo que ahora se levanta ante su elección, nadie debe olvidar que ese era su trabajo y por demás un negocio en el que supo desenvolverse.

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