Opinión

CUANDO SEA PRESIDENTE

CUANDO SEA PRESIDENTE

La clave de la felicidad

II En la entrega anterior, prometí la clave de la felicidad. A eso voy.

Un recuerdo de mi adolescencia, refrescado al encontrar en una estantería ajena un libro del Movimiento Gnóstico (el que, a propósito, robé), ayudó a que pasaran por mi mente las puertas que he tocado en busca de la felicidad, la realización personal, el paraíso o como quiera llamársele, y la verdad, no he podido dar con la dichosa receta. A lo más que he llegado es a entender que solo podemos encontrar vestigios de ella viviendo acorde a nuestros propios criterios, conociéndonos en nuestra más mínima expresión de humanidad; arribando a la conclusión de Po, el de “Kung Fu Panda” que al develizar el “Rollo Sagrado del Dragón” lo único que encuentra es un espejo o las consideraciones del “Sidhartta” de Hesse, que luego de probar todas las teorías filosóficas, alcanza su realización siendo un simple barquero al que el río le muestra esa clave para ser feliz.

Llegan a la mente otros ejemplos que he recibido: la vida de Jesús, los postulados de la Orden Rosacruz, la filosofía y la medicina orientales, Krishnamurti, Anthony de Mello, otros libros: el “El Profeta” de Gibran, “Juan Salvador Gaviota”, de Bach, los de Luis Franco y otros, que se resumen en la expresión lapidaria de mi tía Ana Celeste Rodríguez, que lo sabía desde siempre, a pesar de solo haber llegado a tercero de primaria: “Lo fundamental para estar bien es que José Díaz se cuide primero a él. Lo demás “es monte y culebra”.

Hasta ahí luce que vamos bien, pero, ¿cómo lo ponemos en práctica? ¿Dónde está la fórmula? ¿Retirándonos a la montaña? ¡No, mil veces no! Debe ser aquí, rodeados de todos, en la rutina del hogar, comprendiendo cómo existir siendo hijo, padre, esposo, hermano, prevaleciendo sin dañarse al relacionarse en su lugar de trabajo, de estudio, de recreación, siendo un ente social, con todo lo que eso implica: viviendo cada instante con honestidad, decencia, sin daños a terceros.

El Nacional

La Voz de Todos