El pasado viernes familiares, amigos y personas que respetan y creen en lo que ha sido nuestra manera de elegir vivir, nos acompañaron en la puesta en circulación de nuestro libro Ni santo ni mesías: solo Juan Bosch. Es mi décimo libro y quiero aprovechar este medio para decir algo que tenía pendiente expresar en el acto y por la presión del mismo olvidé, y es que este libro, que recoge una valoración de la vida de mi maestro, con énfasis en el aspecto político, es una muestra de amor. Aunque parezca cursi es la pura verdad.
Se hizo con amor a ese ser humano maravilloso que la propaganda negativa que siempre le acompañó no pudo desfigurar, y que además no responde su legado a las ejecutorias de sus renegados alumnos el que poco a poco empieza a rescatar el presidente Medina.
Juan Bosch fue la influencia más trascendental en mi vida. Tuve la dicha de tenerle cerca y beber de la sabia de sus conocimientos, pero sobre todo de su ejemplo, por eso cuando terminé esta obra sentí que la misma era una expresión genuina de amor a todo lo que había sido, y que ha servido de guía para otros millares de dominicanos y no pocos latinoamericanos que han tomado sus principios como puntos a seguir.
Aprovecho esta oportunidad para agradecer las palabras en el acto de los que fueron mis compañeros en momentos destacados de mi paso por diferentes Comités Intermedios del PLD: Juan Marchena de los tiempos del glorioso Juan Núñez Mieses, primer intermedio del partido morado, de Roberto Sánchez quien me acompañó en las dos etapas políticas que viví en Villa Juana en el C. I. Mauricio Báez y posteriormente en el Emma Tavárez Justo, y finalmente a Ramón Peña, con quien compartí penas y alegrías en las tareas del Gaspar Polanco del Ensanche Altagracia y Manganagua.
El libro ya está en La Trinitaria, solicitamos en Librería Cuesta y vamos a tratar de que esté en La Sirena. Estaremos presentándolo en La Vega, que es donde más leen Cuando sea presidente.
