Opinión

CUANDO SEA PRESIDENTE

CUANDO SEA PRESIDENTE

Hace unas dos semanas, fui recibido por el ministro de Salud, doctor Lorenzo Wilfredo Hidalgo. La reunión se daba a solicitud nuestra y era con la finalidad de ofertarle un servicio y reiterarle nuestro interés de formar parte del equipo de salud del gobierno. Por respeto a su jerarquía, no debo referirme a lo allí conversado, pero si le sugeriré algunas ideas en torno a un tema que surgió en el diálogo y es su aseveración de que su mayor reto es la reducción de la mortalidad materna.

Ya le enviamos nuestras observaciones al doctor Hidalgo, vía el director regional de Salud Metropolitana, mi entrañable amigo y excelente funcionario doctor Enriquillo Matos, y en esencia expresamos que la garantía de disminución de la mortalidad materna no dependía de tener buenos y funcionales hospitales, ni siquiera de que nuestras madres acudan a sus chequeos prenatales, sino de desarrollar una ardua campaña educativa para disminuir los embarazos en adolescentes; pero eso no es un plan de un año o dos, y debe iniciarse con una educación sexual honesta, desprovista de prejuicios, sobre todo religiosos, y una correcta planificación familiar.

Por demás, identificar a todas las embarazadas del país, valorar los riesgos de su embarazo y asignarles, en base a una estrategia definida, una madrina o un padrino de ese embarazo, que velará segundo a segundo de que el mismo llegue a feliz término. El hermoso ejemplo del Estado de Veracruz, en Méjico, alrededor del hospital “Doctor Horacio Díaz Chazaro”, ha garantizado cero muerte materna, pero que quede claro que esta acompañado de decenas de medidas y acciones que garantizan un seguimiento intensivo de todo embarazo, y en el que participan, sinceramente, todos los estamentos públicos y privados del Estado. El plan del país nuestro le da mucha importancia a establecer las causas de una madre muerta, cuando precisamente no hay nada que hacer para evitar la gran tragedia que es para el personal de salud, para la familia, para el barrio y toda la sociedad que un hecho que debió llenar de felicidad a todos se convierta en una desgracia. Seguimos en la próxima de “Cuando sea presidente”.


José Díaz

 

El Nacional

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