Opinión

CUANDO SEA PRESIDENTE

CUANDO SEA PRESIDENTE

Gran parte de los 56 años que cumpliré una semana antes de los 95 de Mandela los he vivido admirando su vida ejemplar que ahora se apaga “La muerte es algo inevitable. Cuando un hombre ha hecho lo que él considera como su deber para con su pueblo y su país, puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto, dormiré por toda la eternidad”.

La identificación con su lucha tiene mucho que ver con el peso ideológico de su pensamiento, que no dista mucho del de Fidel “Una nación no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos con mejor posición, sino por cómo trata a los que tienen poco o nada”.

En el fondo, como muchas otras almas nobles, la meta principal es “Deja que la libertad reine. El sol nunca se pone sobre tan glorioso logro humano”. O esta “Porque ser libre no es solamente desamarrarse las propias cadenas, sino vivir en una forma que respete y mejore la libertad de los demás”.

Consciente de que no ha sido más que los demás insistiría en decir “Nunca me he considerado un hombre superior, ni en mi vida fuera, ni dentro de la cárcel”.

Llegada la oportunidad de ejercer como gobernante hizo lo que prometió “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.

Con 27 años en prisión y numerosos atentados contra su vida pudo expresar, con absoluta propiedad  “Aprendí que el coraje no era la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él…”.

La pureza de su corazón se aprecia en ideas como esta “No puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad que la forma en la que trata a sus niños”.

Puede que para cuando estas líneas se publiquen Madiba haya muerto. Me queda equipararla con la de Emilio, alguien similar según cree, en una noche lluviosa de jueves, el que construye “Cuando sea presidente”.

El Nacional

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