Opinión

¡Cuánta falta hace Aura!

¡Cuánta falta hace Aura!

Cada día se comprueba el daño que el PLD le ha hecho a la democracia dominicana con el control que ejerce en todos los poderes del Estado, de manera especial en la justicia, tanto en los poderes judicial, constitucional y electoral.  La última sentencia del Tribunal Superior Electoral, en el caso del PRD, es una muestra más de ello, que se une a una serie de decisiones judiciales que protegen a connotados dirigentes y funcionarios, acusados de corrupción.

Lo que fue una de las principales conquistas de la reforma de 1994, la de construir un poder judicial independiente se comenzó a derrumbarse desde el fallo de la SunLand, y luego con la nueva conformación del Consejo Nacional de la Magistratura que designó las Altas Cortes. La justicia funciona excepto cuando se afectan a los intereses del partido oficial, creando un clima de impunidad y de inestabilidad política. Dicho en otras palabras, formalmente tenemos instituciones democráticas, pero, en la realidad, son estructuras que responden a un mandato político.

En medio de este panorama sombrío que afecta y golpea la democracia dominicana, queda en el recuerdo en el valioso desempeño que tuvo Aura Celeste Fernández cuando se desempeñó como magistrada de la entonces Cámara Contenciosa de la Junta Central Electoral. Hay que recordar que en 2010, cuando se planificó meticulosamente que el PLD se quedara con todas las senadurías, con el concurso de diferentes caballos de troya, el voto disidente de la magistrada Fernández, en el caso de la Senaduría de Pedernales, se constituyó en el referente moral de aquel capítulo de la historia política nacional.

Hoy, es poco lo que importa pasarle por encima a copiosas pruebas documentales en el ámbito de la justicia electoral, con tal de cumplir con el mandato política, independientemente de que se vulneren derechos constitucionales. En España, se ha acuñado la frase de “jueces submarinos del PP”, el partido oficial. En nuestro país, el PLD ha inundado los poderes judicial, constitucional y electoral de sus “submarinos”, con honrosas excepciones. Hoy, más que nunca, hacen falta magistrados como Aura Celeste Fernández, que dignifican la toga.

El Nacional

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