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Cúpula militar rechazó generalato dio el Consejo de Estado a Imbert y Amiama

Cúpula militar rechazó generalato dio el Consejo de  Estado a Imbert y Amiama

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La cúpula militar postrujillista no aceptó el grado de general del Ejército Nacional que el Consejo de Estado otorgó a Antonio Imbert Barrera y a Luis Amiama Tió, mediante decreto ley No. 6088, el 1 de noviembre de 1962.

Las protestas en los cuarteles no se hizo esperar, considerando los jerarcas militares que ese rango no lo ostentaba ninguno de los jefes de las distintas ramas, incluyendo el secretario las Fuerzas Armadas Dominicanas.

El grado de “general” era inferior al de “generalísimo” que era el más alto y que existía en la clasificación de la Ley de las Fuerzas Armadas Dominicanas desde la Era de Trujillo.

El rango de generalísimo lo exhibieron en el país, Rafael Leonidas Trujillo Molina y su hermano Héctor Bienvenido Trujillo Molina.
En las reformas posteriores a la Ley de las Fuerzas Armadas fueron eliminados los grados de “general” y “generalísimo”. En la actualiadad el más alto dentro de la clasificación es el de teniente general, que lo ostenta el Ministro de Defensa.

Se consideró en el decreto que Imbert Barrera y Luis Amiama Tió en unión a otros héroes realizaron la noche del 30 de mayo de 1961 “la hazaña que hizo posible el restablecimiento de la libertad en el país, después de treinta y dos años de ominosa tiranía y que no hay un solo dominicano que no le atribuya tal carácter a esa gesta herórica”.

El decreto expresa que después de haber sido víctimas de una implacable persecución y de haber salvado milagrosamente sus vidas, Imbert y AmiamaTió “se han consagrado con empeño ejemplarizador a la ardua empresa que aspira solucionar los graves problemas que atañen al bienestar del pueblo, dentro de un régimen democrático.

Dice el decreto que ambos se han abstenido de participar, cuando con legítimo título hubieran podido hacerlo, de participar en actividades políticas, dando así una demostración cierta de su desprendimiento, situándose a la altura moral del acto heróico en que participaron.

Expresa la disposición que no hay un solo dominicano que esté en desacuerdo al estimar que es un deber del gobierno garantizarles la vida “para que no corran la misma suerte de sus valientes compañeros inmolados por la vesania de quienes aún persisten en sacrificarlos llevando más dolor al seno de la familia dominicana”.

Se consideró que teniendo en cuenta “la actitud apolítica de los señores Luis Amiama Tió y Antonio Imbert Barrera, es en las Fuerzas Armadas donde encontrarán una mejor protección a sus vidas, al mismo tiempo que una mayor oportunidad de contribuir a que alcancemos nuestra definitiva estabilidad democrática”.
En su artículo 2 del decreto se indica que desempeñarán las funciones de supervisores de las Fuerzas Armadas.

Imbert3En el 3 dice que entrarían en servicio activo tan pronto cesen en sus funciones de consejeros de Estado.

Asimismo, tendrían derecho a una escolta permanente compuesta por no menos de seis oficiales.

En el decreto no se señala que serían generales vitalicios como erróneamente se publica en los medios informativos.

Imbert permaneció hasta su muerte con el uniforme militar, porque los gobernantes respetaron siempre su condición de héroe nacional, pero no porque fuera general vitalicio.

Ante el disgusto en las Fuerzas Armadas, el Consejo de Estado no tuvo otra opción que derogar el decreto ley No. 6088 y emitir otro, el 6124, el 7 de diciembre de 1962, un mes después.

En el nuevo decreto ley Imbert y Amiama Tió recibieron el grado de general de brigada del Ejército, un rango menos que el de “general”.

Tanto Imbert como Amiama, quienes se habían percatado del descontento en los mandos militares, por el tema del generalato, pidieron al Consejo de Estado que se reduzca esa alta investidura y que sea solamente de general de brigada.

La solicitud fue hecha por Imbert en un discurso pronunciado la noche del 3 de noviembre de 1962.

El Consejo de Estado derogó el decreto No. 6088 y emitió el No. 6124 en el que los inviste con el grado de general de brigada.

Argumentó en su decreto que adoptaron esa decisión en razón de que Imbert y Amiama Tió expresaron públicamente que, en su concepto, el grado más elevado que debe existir dentro de las instituciones castrenses es el de general de brigada. Con esa solución el Consejo de Estado logró subsanar la situación dentro de las Fuerzas Armadas.

Aunque fueron designados supervisores de los cuerpos castrenses, sus cargos eran nominales, ya que no se conoce ningún reporte de sus labores y se dice que ni siquiera se presentaban en los cuarteles militares por asunto de seguridad.

Todavía en las Fuerzas Armadas se mantenía la estructura trujillista y los militares en su mayoría respondían a esa cultura, razón por la cual Imbert y Amiamia Tió se mantuvieron alejados.

Posteriormente, Amiama Tió renunció a su grado de general de brigada para terciar en las actividades políticas.

Un apunte

No eran vitalicios
La designación con el grado de general de brigada de Antonio Imbert y Luis Amiama Tió no tenía la categoría de “general vitalicio”. Imbert mantuvo el rango porque los gobernantes respetaron su condición de héroe.

El Nacional

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