El párroco de la iglesia San Vicente de Paul aseguró hoy que las 34 familias de La Barquita Vieja, refugiadas en la Capilla San José, no califican para ser ubicadas en el proyecto Nueva Barquita, en Sabana Pedida, y dijo que “solo Dios sabe el destino de esas personas”.
El padre Gregorio Alegría afirmó que la reubicación de las familias de La Barquita se ha hecho en base a códigos de identificación de las familias censadas, y que esas personas no llenan los requisitos exigidos para ser beneficiados con una vivienda.
Rechazó que hayan personas beneficiadas con apartamentos sin haber vivido en dicho barrio, como aseguran los refugiados.
“No tengo conocimiento de que nadie haya conseguido vivienda sin vivir en el lugar, la reubicación se hizo en base a la condición de que las personas debían haber estado establecidas en el barrio antes de realizarse el censo”, explicó el sacerdote.
Pidió a los denunciantes que hagan sus afirmaciones en base a datos concretos, para no afectar la imagen de ninguna persona.
“Todo el que ha sido trasladado, ha sido en base a reglas y documentación correcta, cuando se hace una denuncia así debe haber algo concreto”, agregó el religioso.
Asimismo, informó que se trabaja con el expediente de los residentes del barrio La Lata, también a orilla del río Ozama, cuyas familias serán reubicadas.
La Unidad de Readecuación de La Barquita desalojó varias familias que quedaban en el lugar y que no fueron reubicadas en el proyecto de Sabana Perdida, donde el Gobierno entregó mil 600 apartamentos.
El desalojo se realizó días antes del paso del huracán “Matthew”, por lo que las 34 familias se refugiaron en la Capilla San José, en la parte alta de La Barquita.
La mayoría de los refugiados reiteraron que durante el proceso se han cometido graves irregularidades en la reubicaciónde familias.
Aseguraron que un familiar del dirigente comunitario, Rafael Holguín Vásquez, quien trabaja en el Plan de Desalojo, fue beneficiada con un apartamento sin residir en La Barquita.
Solicitaron a las autoridades realizar un censo para determinar la cantidad de personas que hay en La Nueva Barquita, las cuales, según afirman, vivían en otros lugares.
Nona Jiménez, una de las afectadas, denunció que la casa de su esposo fue destruida sin estar a la orilla del río, por lo que ahora está refugiada en dicha capilla. “La casa de mi esposo tenía 30 años y estababa ubicada en la parte de arriba, y no en la orilla del río”, dijo.
El Gobierno anunció que destinará el área a un parque ecológico, como una forma de proteger el río Ozama de la contaminación.
Sin embargo, algunos dirigentes comunitarios de la zona entienden que los residentes en La Barquita y otros barrios ubicados en la orilla de dicho afluente no son el principal foco de contaminación de dicho río, sino el agua residual procedente de la parte alta de Los Mina, como los barrios Puerto Rico y Vietnam, desde donde se precipitan varias cañadas de desague.
El parque ecológico estará bajo control del Ministerio de Medio Ambiente.
