Encabezar la ceremonia de graduación de los primeros 70 mil alfabetizados, debe ser la obra cumbre del primer año de la gestión del presidente Danilo Medina, dado que es imposible transitar el camino del progreso al margen de la educación de la gente.
El 4% para la Educación, las tandas extendidas para 190 mil estudiantes pobres y el proyecto de construcción de 10 mil nuevas aulas son el buque insignia de su gestión.
Sabemos que para cualquier Gobierno el primer año es el más difícil, dado que el presupuesto que generalmente recibe es pírrico, por lo que su planificación comienza aplicarse alrededor de cuatro meses después de asumir el cargo. Sin embargo, el mandatario comenzó con buen pie desde las primeras semanas, con las visitas sorpresa que hizo a pequeños productores.
Al presidente Medina correspondió estrenarse con una reforma fiscal que creo nuevos impuestos a la población, pero su estilo humilde de gobernar y el tratamiento personalizado hacia los sectores de menores ingresos, le permitió una especie de respiro.
La gente aceptó el plan gubernamental, sin protestas importantes, le otorgó al mandatario la comprensión solicitada y éste ha sabido corresponder.
El mandatario supo poner el oído en el corazón de un pueblo, cuyo problema fundamental era el nivel de corrupción que imperaba desde el Estado. La transparencia ha sido su carta de triunfo ante un pueblo que a pesar de sus dificultades cree en las buenas intenciones de Medina.
Sin embargo, hay que convenir que los logros no son el resultado de la gestión de un solo hombre, el equipo del que se hizo acompañar ha sabido bailar la música que se entona desde la Casa Gobierno.
Ministerios tan conflictivos como los de Salud, Agricultura, Obras Públicas, Educación y otros han realizado una labor encomiable. Incluso reconocida por sus adversarios.
Pero lo más importante del primer año de la actual gestión de gobierno de Danilo, ha sido dejar a la oposición política sin argumentos.
