Opinión

David (y no el de la Biblia)

David (y no el de la Biblia)

Roberto le dejó a David su Goliat, un lío y no de ropa, un señor desastre en todos los órdenes. En lo financiero ahí están los números, los déficit, las cuentas que no cuadran y los fondos esfumados y como son dinero de los impuestos, David está en la obligación de dejar a un lado cualquier asomo de condescendencia o acuerdo político y cumplir con su deber de hacer de público conocimiento la realidad encontrada en las finanzas del Ayuntamiento, de lo contrario sería encubrimiento y complicidad. Son dineros de la comunidad que tiene el sacrosanto derecho a saber en qué se invierten sus impuestos.

En doce años Roberto no resolvió y ni siquiera palió el problema del drenaje pluvial y sanitario, la ciudad todavía es un asco porque tampoco organizó un sistema eficiente de recogida de basura, la laxitud en el otorgamiento de permisos para las construcciones y los negocios y el consecuente caos en el transito y en los parqueos son parte de su nefasta herencia, no contribuyó en nada con la seguridad ciudadana, ni con el transporte colectivo, no reparaba las calles y contenes, lo hacía Obras Publicas, dejó los pocos parques existentes en total abandono, no hizo absolutamente nada en cuanto a la contaminación ambiental, dejo la oficina principal de la feria en total abandono, una ruina, ni siquiera se ocupó de los cementerios; en fin luego de 12 años al frente del ADN el síndico saliente no tiene ningún logro que exhibir, a menos que quiera llamar logro los tres o cuatro parques canquiñas que construyo y abandono.

Por estas y otras razones el nuevo Alcalde no puede ignorar ni cubrir con el manto del olvido el déficit que el mismo denuncio; en algo tan grave no puede haber pacto que justifique la impunidad.

La capital creyó y todavía cree en las buenas intenciones de David Collado, confía y pone sus esperanzas en una gestión honesta, decente, eficiente, totalmente distanciada del desorden anterior.

El trabajo es arduo, está todo por hacerse, pero David cuenta con el apoyo y la confianza de los capitaleños que no perdonarían ser defraudados.

El Nacional

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