Opinión

De “sudacas” a  “nordacas”

<P>De “sudacas” a  “nordacas”</P>

La crisis que padecieron la mayoría de las  naciones de Suramérica a finales de los años setenta  generó  éxodos a Europa, principalmente a España. Mucha gente  abandonó  su país  para establecer residencia en el continente viejo. Las personas inmigrantes fueron recibidas con los brazos abiertos por la mayoría de la ciudadanía española. Sin embargo, una minoría las vio con ojeriza, poniendo de manifiesto sentimientos hostiles y en un arranque  xenófobo las tildó con el mote de “sudacas”, término despectivo y racista que buscaba la  exclusión y aislamiento. Era la época en que España abandonaba sus antiguas pesetas, y  transitaba el camino aurífero  hacia la Zona Euro, y se situaba como la octava economía del mundo.

          La palabra “sudaca” llegó a tal nivel de segregación que. para quitarle contundencia  al término discriminatorio en contra del mundo latino,  el cantautor  Joan Manuel Serrat se autonombró   “el sudaca número uno”, como forma  de humanizar el apodo que zahería y perseguía  a la población latina  residente en ese país ibérico.

          Pero la historia no es una línea ascendente, y hoy  España es sacudida por una letal crisis económica, y  lanzada a la aniquilación de su  Estado de Bienestar Social,  que era una clásica reivindicación europea, y lo  que parece haber llevado al  expresidente Rodríguez Zapatero a  abandonar La  Moncloa  antes que prestarse a tan deleznable despropósito. La inestabilidad por la que atraviesa la sociedad española es tal que, en el año 2011, más personas  abandonaron  ese país  que las que fueron a vivir allí, según cifras del  INE español.

          Actualmente, países como Ecuador, Venezuela, Argentina, Chile y   República Dominicana,  reciben efusivamente  a cientos  de españoles y españolas, dándose a la tarea  algunos analistas con llamar  “nordacas”  a quienes integran esa ola migratoria. Con esa palabra, yo no estoy de acuerdo.   

El Nacional

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