Opinión

De este y del otro lado

De este y del otro lado

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1.-Para la oligarquía haitiana, Haití es un presupuesto geográfico y un vacacional para sus hijos. Un predio de explotación.

2.-La élite internacional haitiana, en su vasta mayoría, vive fuera de Haití. En Francia y Canadá, pero también conforma el grupo de técnicos de la ONU en múltiples países del África, donde intenta resolver los problemas que no asumen en su nación, por su incapacidad de bregar con “los elementos irracionales, el vudú entre otros” de la política del hermano país.

3.-Por dónde empezar? Sacando a Aristide de Haití y desmantelando sus fuerzas, y proponiendo un gobierno de coalición, que no esté conformado solo por políticos tradicionales sino por técnicos de toda índole.

4.-Cambiar el rol de la Minustah, y sustituirla por un cuerpo internacional de técnicos que asistan al país en todas las áreas, comenzando con la reconstrucción de la ciudad.

5.-Reconocer la dominicanidad de los haitianos nacidos aquí. Ellos y ellas no tienen la culpa de nuestro desorden migratorio, o de la histórica irresponsabilidad empresarial frente a su destino.

6.-Implementar el dictamen del Tribunal Constitucional desde el 2010, estableciendo cuotas de visado como lo hacen todos los países del mundo.

7.-Ordenar el comercio con Haití, creando espacios intermedios en la frontera, especie de Zona Franca, con entradas y salidas regularizadas. Ello impediría el tráfico de personas, sobretodo de la niñez.

8.-Recolonizar la frontera, ofreciendo mejores salarios en todos los ámbitos, a militares, profesores, agrónomos, médicos, que se muden allá con sus familias, creando la infraestructura educativa y cultural necesaria.

9.-Aplicar sanciones legales a los sectores de la agroindustria y la construcción que no cumplan con el 80/20, de empleomanía dominico haitiana que establece la Ley. Si algo ofende es que los mismos responsables de la “invasión haitiana” vivan haciendo declaraciones “nacionalistas”, mientras anteponen sus ganancias a toda consideración nacional y, como la oligarquía haitiana, mantiene a sus hijos estudiando en Estados Unidos o Europa.

10.-Reprimir a las fuerzas de choque, que intentan aterrorizar a la ciudadanía con un discurso xenofóbico y abusador, fruto demanipulada ignorancia, y que han hecho del Baluarte un espacio para la vergüenza nacional y la proyección a nivel internacional de que somos un país racista, Hitleriano y antimigrante.

11.-Recordar, todos los días, la máxima de amar al prójimo como a nosotros mismos, sobretodo cuando tenemos una población emigrante generalmente negra, pobre y con baja educación, que está sufriendo en el exterior parecidas condiciones de explotación y discriminación que los inmigrantes haitianos en el país. Somos casi dos millones,desde el Polo Norte hasta la Patagonia.

12.-Una vez asumidas, hay que aplicar estas medidas al margen de toda provocación.

El Nacional

La Voz de Todos