Opinión

De palabras a hechos

De palabras a  hechos

El presidente Danilo Medina logró ayer un voto de confianza de la población con un discurso que aunque colmado de palabras desgastadas, fueron suficientes para las expectativas de la gente.

“Caiga quien tiene que caer”… “No existen vacas sagradas”… “La Justicia tiene toda la postetad”… “Hasta las últimas consecuencias”… Fueron sólo algunas de las expresiones del mandatario en su afán para que la gente vuelva a creer en él.
Acorralado como estaba el Gobierno por los escándalos de corrupción, unos tras otros, el Presidente no pudo limitar su discurso a las memorias de su gestión durante el año que pasó sino que tuvo que adicionar unos toques de promesas.

Sin embargo, estas expresiones, las que calificamos de frases desgastadas, en boca del Presidente adquieren un interés de causa mayor, debido a que encierran un compromiso con la sociedad, de que al menos en esta ocasión no habrá impunidad.

El mandatario, que ha dado muestra de ser un conocedor del pensamiento de los dominicanos, de ahí sus éxitos políticos, sabe que la sociedad se ha empoderado con este tema, y que dejar el agua correr sin ponerle una represa, podría terminar siendo catastrófico para su gestión de gobierno y el futuro de su partido.

De modo, que Danilo está compelido por las circunstancia a pasar de las palabras a los hechos y el Ministerio Público debe aprovechar la coyuntura para poner en acción los expedientes sobre corrupción en diferentes gestiones de gobierno que duermen el sueño eterno en gavetas y viejos armarios.

Inteligentemente el mandatario colocó la bola en la cancha del Ministerio Público, de modo que corresponde a ellos accionar en contra de los corruptos y a los jueces emitir sentencias contra los que encuentren evidencias.

Nada más se le puede pedir al Presidente, ahora, lo que la sociedad debe estar es vigilante de las acciones de los fiscales y procuradores, así como de los magistrados de las instancias adonde envíen los casos.

El presidente Medina puso las palabras, corresponde ahora poner los hechos al procurador general de la República y a los jueces que manejen no sólo Odebrecht sino los demás casos de corrupción.

El Nacional

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