Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSAS

DE SALUD Y OTRAS COSAS

Espero que al recibo de esta te encuentres disfrutando de buena salud.

Así se iniciaban las cartas en los años 50.

Hoy día, en una sociedad digitalizada los seres humanos no podemos expresar en palabras escritas nuestros sentimientos.

Nuestras emociones y espontaneidad están más reprimidas que nunca.

Hoy usamos mensajes de texto; los mails, el Messenger, son medios en los que no escuchamos la voz del otro.

¿Recuerdan ustedes esa fluida correspondencia entre Florentino Ariza y Fermina Daza en la obra “El amor en los tiempos del Cólera” del laureado escritor Gabriel García Márquez?

Los que vieron la película Il Postino, disfrutaron cómo el cartero Mario llevaba emocionado la correspondencia que recibía el poeta Pablo Neruda.

Cuando un joven con un BB en la mano escribe TQD, lo que significa es “te quiero decir”.

Se están resumiendo y abreviando las palabras, pero también se está recortando el glamour y la emoción de los textos epistolares entre gente que se aprecia.

Cuando pienso en lo que significa una caricia, un contacto cálido pasando la mano por la espalda en medio de un abrazo, acompañado por una palabra de aliento en un tono amoroso,  razono que la sociedad está castrando cada vez más la espontaneidad en la expresión de los afectos.

Se piensa que en esta modernidad cada vez más nos alejamos de los otros y nos convertimos en analfabetos afectivos, incapaces o temerosos de expresar abiertamente el amor.

Cuando visito las floristerías leo a hurtadillas los mensajes que se envían a las funerarias, ante natalicios o por razones diversas y compruebo que están plagados de tecnicismos, frialdad y superficialidad.

Estamos asistiendo a una generación que busca lo fáctico, que se mueve pragmáticamente en función de  lo que da resultado, que vive de espaldas a la poesía, a la fantasía y a la imaginación y apuesta a gozar, ganar y resolver.

Yo invito al lector a hurgar entre sus papeles a ver si localizan el papel amarillento en que recibió palabras de aliento; el sobre con el sello especial de la época y que hagan un ejercicio de revivir emociones y recuerdos que nos hicieron felices.

No obstante y a pesar de todo, tenemos que poner los avances tecnológicos al servicio de la pasión, de la ilusión, del romanticismo, del bien, del  mensaje ameno y reconfortante.

Haga ahora mismo una evaluación de los tres seres más queridos por usted y salga de inmediato y dígale en medio de un fuerte abrazo: “Te quiero mucho”.

El Nacional

La Voz de Todos