Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSAS

DE SALUD Y OTRAS COSAS

Precio no es lo mismo que valor.

Precio es lo que la gente dice que cuestas; valor es lo que tú determinas que vales.

El precio puede subir y bajar de acuerdo a la opinión de la gente, pero si te sientes seguro de ti y tu autoestima anda bien, nada te perturbará.

Esta introducción del psicólogo Bernardo Stamateas viene a propósito de la cantidad de gente que a diario consulto y las percibo como sumamente pendientes a lo que los otros piensen de ellos.

Siguiendo al mismo autor, agrega: “Cuando ya no eres vulnerable a la opinión de otros, cuando tienes en claro tu propósito y tus sueños, tu accionar no dependerá de las palabras de los demás, ni del precio que te asignen, sino de los contenidos y valores que le hayas conferido a tu vida”.

Lo anterior viene a propósito de la cantidad de seres humanos que en las pasadas elecciones “vendieron no sólo su voto, sino también su conciencia”…

Yo no estoy hablando de los caraduras que están involucrados por omisión o  comisión en operaciones de narcotráfico.

No me estoy refiriendo al que se enloda en negocios turbios, ni a los que exhiben grandes propiedades adquiridas sin el “sudor honesto de su frente”.

Yo me estoy refiriendo a la gran mayoría de este pueblo que sabe que una papeleta o billete de dos mil pesos, tú puedes estrujarla, puedes meterla en una gaveta, pero conserva su valor monetario.

Con nuestra vida pasa algo parecido.

No importa cuánto la gente opine que valemos.

Tú tienes y te has dado un precio en la sociedad.

¿Cuántas veces te han tentado y te han ofrecido comprarte?

Digan lo que digan, nada podrá afectar tu autoestima y tu conciencia tranquila y transparente.

Quizás en una época no te vaya bien en los negocios, o ya el salario no te alcanza como antes, pero has mantenido no solo tu precio, sino el respeto que esta sociedad siente por ti.

Ya a tu trabajo han llegado jóvenes talentos y no te consultan como antes, pero mantienes el prestigio o moralmente eres una reserva, nadie te señala, nadie te “pisa cola”…

No olvides, que desde el momento en que naciste tienes un valor.

Revisa despacio tu biografía y verás que podrás haber resbalado pero jamás de has caído.

A partir del momento en que frente al espejo hagas un autoexamen y te sientas orgulloso de tu valor, ya no necesitas más pruebas.

Sal sin un chele en los bolsillos y con los pies de plomo y

sonriendo dile a esta sociedad: Yo no tengo precio, no todo está vendido y comprado, de lo único que me siento orgulloso es de lo que valgo.

El Nacional

La Voz de Todos