Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSAS

DE SALUD Y OTRAS COSAS

Pedro es licenciado en Contabilidad y trabaja en una oficina pública. Su salario es de 20 mil pesos mensuales.

Rosa, su mujer, con la que ha procreado dos hijos, tiene un salón de belleza con mucho éxito, que algunos meses “le deja limpio” 60 mil pesos.

El avance en ingresos de las damas en nuestro medio ha sido vertiginoso en los últimos 30 años.

El acceso a los estudios; la laboriosidad y creatividad de muchas para hacer negocios; su eficiencia en la empresa privada y su capacidad de ahorro, entre otras virtudes, hace que sean muchas las parejas en las que el hombre se ha quedado rezagado no solo en términos de ingresos, sino en otros aspectos  de la compleja vida actual.

En algunos casos esto crea una lucha de poder que hace que algunos caballeros se acomplejen ante el poder creciente de sus cónyuges, no solo en la contabilidad del hogar, sino en su desarrollo social y político.

Algunas frases típicamente machistas estigmatizan la situación:  “Anjá, ahora tú eres la jefa del hogar”; “ Tú quieres más ese trabajo que a tus propios hijos” ; “No sé que tú haces con ese fajo de cuartos que te agachapas” y toda clase de denotativos contra una mujer “fajadora” que a veces responde con un dejo de ironía de esta forma : “Y tú bebiéndote tu sueldito y durmiendo siesta en tu sillón mientras yo dejo mi juventud fajada hasta la medianoche en la oficina”.

La psicóloga María Avala dice que a ciertos hombres esto genera inseguridad y entiende que la razón es educativo-cultural y que ha originado un reajuste de roles frente al progreso de la mujer en la vida académica y laboral.

Una de mis pacientes me dijo que su marido la hacía sentirse culpable, y se percibía que conspiraba contra la virilidad de su consorte.

Algunos casos han llegado hasta el divorcio por estos problemas.

Consejos para él:

Asume el éxito de tu pareja como un estímulo para superarte.

Piensa que ambos son un equipo y que las entradas de la casa significan progreso y bienestar para todos.

El dinero no lo es todo, deja tu orgullo y ayuda más a tu mujer en las  tareas del hogar.

Sugerencias para ella:

No humilles ni maltrates a tu marido por tu sueldo grande.

Que él gane menos no significa que vale menos. Da una mirada a los valores de tu pareja y gratifícalo haciéndole ver que el dinero tuyo y de él, es de los dos, en el marco de un proyecto familiar de progreso hacia el bienestar.

Hazle cómplice de tus éxitos y dale participación en tus gastos.

Que no se note que has bajado el nivel para no arrollarlo, pues tú tienes el derecho a disfrutar lo que ganas… Pero en familia.

Y recuerda cuidar la relación afectiva con cariño y reconocer los méritos y logros propios de tu marido…

 

El Nacional

La Voz de Todos