Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSAS

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Retos en la crianza de los hijos

“Yo no sé a quién salió este muchacho”, se escucha decir cuando el producto de la crianza y educación doméstica no resultó el esperado.

Los padres muchas veces nos empleamos a fondo con normas y con amor guiando a los hijos, pero en un momento de sus biografías se nos desvían.

He modificado, en versión libre, algunas pautas que ofrece el psicólogo norteamericano John Rosemond en su trabajo “¿Cuál es el secreto para criar hijos sanos y felices”?

Si usted tiene su pareja y dos o tres muchachos, fortalezca su relación conyugal y eso actuará positivamente sobre los chicos.

No insista tanto frente a sus hijos de que lo que usted hace o les dice es para  bien de ellos y su futuro: actúe a conciencia y con firmeza. Para que un niño se sienta seguro y protegido es necesario dar la imagen de seguridad en su conducción.

No lo sustituya: que se amarre sus cordones; que agarre la guagua del colegio; si se cayó, que se pare. Es decir, que sufra sus consecuencias y aprenda con pequeñas cosas a desenvolverse con autonomía en la vida.

Decir ¡NO y  NO! es muy importante. Muchachos que han sido complacidos excesivamente en todo luego “no sirven para nada” cuando la cruda realidad les comienza a negar cosas.

Hay que enseñar a nuestros muchachos a tolerar frustraciones, pues las atribulaciones vendrán tarde o temprano.

El  muchacho que recibe cosas en exceso, se aburre. Esos cuartos llenos de juguetes, que muchas veces no aprenden a compartir con los primos, amigos y otros relacionados. Done algunos. Mientras más multiuso sea un juguete, mucho mejor.

La televisión es un problema más serio de lo que parece, lo mismo el acceso excesivo a la computadora; trate de regular, negociar y seleccionar lo que más conviene a la familia y a sus hijos en la ciber-comunicación.

No les imponga muy temprano fanatismos religiosos o políticos; los muchachos se agobian con las charlas o con la asistencia obligada a actividades de adultos, cuando deberían estar jugando o en tareas grupales propias de su edad.

No compare a los hermanos.

No delegue la crianza en abuelos o hermanos mayores.

No exagere el tiempo de un castigo.

No los exponga a la competencia social, cuando usted es de presupuesto limitado.

Enséñele a ser generoso y a no desperdiciar nada.

Sé, amigo lector, que aun haciendo todo esto sufrimos con el resultado final, de ahí que no exagere las expectativas.

El Nacional

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