Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSAS

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Conózcalos y sopórtelos

En el diario vivir tenemos que interactuar con diferentes personajes. Tolerarlos y soportarlos no es tarea fácil. Veamos algunos tipos.

El Realizador.

 Es un sujeto que trata de colocarse siempre a la altura de las expectativas.

Es un hombre de logros, no tiene tiempo para el descanso. No tolera debilidades en los otros y si fallan, son estúpidos. Son hipercríticos de los demás.

Se considera responsable de todo y en el fondo le teme al rechazo y al abandono. Son especímenes que hay que escucharlos y tolerarlos.

El Crítico.

La obsesión de este amigo es encontrar, señalar y comentar las faltas de los demás.

Le encanta censurar y menospreciar a todo el que está a su alrededor.

No admite al que se equivoca y es alérgico a aceptar críticas y observaciones de los otros.

El Jactancioso.

 Exagera las verdades y presume excesivamente de cualidades que aumenta. A veces en el fondo tiene una baja estimación de sí mismo y entonces compensa fantaseando y potenciando sus virtudes.

Tiene la mayor colección de CD de rock; es el que más sabe de astronomía, etc.

Miente de forma instintiva, exagera las cosas para lucir protagonista de hechos que a veces solo están en su mente.

No gana el amor de los demás y por detrás la gente opina que es un hablador.

El Encantador.

Se muestra siempre de buen humor, cordial, solícito. Es un buen amigo y en general suele contar con gran número de amistades y conocidos.

A veces son sumisos, piroperos y halagadores de todo el que le rodea.

No se enoja, a primera vista parece ser feliz, aunque en el fondo se siente vacío y solitario. Es como el payaso del circo.

No puede abrirse de corazón ante los demás, su vida es un eterno espectáculo para que los otros se sientan bien.

El Iracundo.

Se ofende por nada. La ira es un  mecanismo de protección.

Se protege con un aire de desconfianza. Nada puede complacerle, le busca defectos a todo.

Es un sujeto frustrado y amargado.

Rencoroso y se irrita por pequeñeces.

Se encuentra anclado en sentimientos de rabia contenida por su insuficiencia para entender a los demás de forma armónica. A veces pide excusas por sus inconductas.

El Solitario.

Permanentemente trata de demostrar que no necesita de nadie. Vive solo, no tiene hijos y ya ronda los 50 años. Actúa con fría indiferencia frente a los problemas globales de la sociedad. Desde niño “se hizo el fuerte”  pues se crió en base a serias carencias de amor.

Para el solitario reconocer necesidades es como sentirse débil.

Evita las relaciones muy comprometedoras y trata de demostrarse a diario que es autosuficiente.

Estoy seguro que en alguno de estos personajes encontrarás a uno de tus amigos.

Si en el estado actual de la sociedad no somos flexibles con estos estilos de vida, tendremos serios problemas con familiares y relacionados y sin darnos cuenta nos haremos tan selectivos que entonces nosotros quedaremos aislados.

Quiéralos así.

El Nacional

La Voz de Todos