Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSAS

DE SALUD Y OTRAS COSAS

César Mella

El arte de la simulación

Recientemente un dirigente choferil a sabiendas de que había cometido un hecho, corrió presuroso a ser entrevistado por una conocida comunicadora social. Dedico este artículo a Yenny Berenice Reynoso:

Muchas personas simulan en el acto amatorio.
Simular es representar una cosa que no es.
Diariamente en las relaciones entre la gente se miente.
El discurso político está lleno de propuestas simuladas.
Algunos pacientes para obtener un certificado, simulan.
Evadir el servicio militar obligatorio provoca que algunos
candidatos “finjan estar enfermos”.

El que está en abstinencia cuando le falta la droga: simula.
Los cautivos de guerra y los secuestrados: simulan.

El niño que no quiere ir al médico o a la escuela, también lo hace.

En las esquinas, en donde el tránsito es detenido por un semáforo observamos sanos disfrazados de enfermos para pedir.
La Asociación de Psiquiatras de los Estados Unidos ha pautado cuatro condiciones en donde el perito debe sospechar esta tendencia.

1.- Cuando un ser humano es enviado por un fiscal para evaluación o cuando a un preso le permiten ingresar “enfermo” en una clínica privada.
2.- A veces es tanto el dramatismo estresante que presenta el examinado que la discrepancia entre la clínica médica y lo que él dice sentirse, lleva al médico a sospechar simulación.

3.- Cuando un paciente no colabora con los exámenes indicados, ni toma los medicamentos, presentando una actitud desafiante.
4.- El paciente con un trastorno antisocial de la personalidad es proclive a la simulación.

Se cree que la disimulación es un grado menor de simulación que va unido a todos nosotros en diferentes circunstancias de la vida.
El niño que toma algo en el hogar sin permiso y que luego miente presenta una riqueza extraordinaria de gestos y rituales, a veces,
acompañados de la mentira, su aliada inevitable.

El médico debe ser cuidadoso pues detrás de una joven que se queda ciega de repente o de un chico que no puede levantar el brazo derecho puede haber un quebranto psicológico que se llama conversión, en donde un conflicto “toma cuerpo” de forma simbólica en un órgano o sistema de manera inconsciente. La joven “no quiere ver la verdad”, pues se enteró que su novio se acaba de casar con otra y el chico no se quiere presentar a un examen en su colegio para el cual no esta preparado…

Fingir en el amor corrompe; simular en la amistad daña. En la medicina esta conducta genera frustración en el personal de salud y maltrato al que procura un buen diagnóstico y un adecuado tratamiento.

En estos días yo investigaba a un joven paciente en busca de trazas de marihuana en su orina y a cada rato sus exámenes eran negativos. ¡Qué investigué? Que la orina que él aportaba al laboratorio era de un amigo y no la de él.

José Ingenieros afirma que la vida es una permanente simulación en su obra “Simulación de la lucha por la vida”. Médicos, educadores, padres y la población en general enfrentamos a diario a simuladores de toda calaña. Esta conducta se ha perfeccionado tanto, que los que la practican se comportan como verdaderos actores, de ahí que de forma muy discutible, la simulación ha sido calificada como un arte…

Inculquemos a nuestros hijos desde temprana edad el valor de la anhelada autenticidad.

El Nacional

La Voz de Todos