Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSAS

DE SALUD Y OTRAS COSAS

César Mella

Réquiem para las librerías
Solo en la ciudad de Santo Domingo han cerrado más de veinte librerías en los últimos años.
Mateca, Thesauros, Alejandría, Letra Grafica, Blasco, Lope de Vega, Atenea, Editorial Quisqueyana, Bolívar, Fondo Editorial, entre otras.

Si nos vamos a la zona colonial han desaparecido: Editorial Padilla, Amengual, Librería América, Casa Cuello, Librería Hostos, Librería Cosmos, Rincón del Libro, Casa del Escolar , Pol Hermanos, Casa Weber.

En la librería La Trinitaria propiedad de Doña Virtudes Uribe, un espacio que sobrevive en la calle Arzobispo Nouel tertuliamos todos los sábados en la mañana: Bonaparte Gatreaux Piñeiro ( Don Cabito), su hermano Virgilio, Tony Raful, Don RadhamesNuñez, Miguel Cepeda, Amaury Justo Duarte, GuaroaUbiñas, Bernardo Defillo y otros conversantes se preocuparon por la desaparición de estos establecimientos puede estar relacionada con el auge de la tecnología.

Atónito estaría Gutenberg si le ponemos una tabla en la mano con un audiolibro; estupefacto quedaría Cervantes al ver a nuestros nietos haciendo tareas del bachillerato sin abrir un libro: solo pegando párrafos del ordenador a la impresora.

Otro tema conexo es la sustitución de grandes depósitos de libros por modernos centros de documentación en las universidades.
Las enciclopedias móviles como google y Yahoo! te ponen el dato buscado al instante en las manos.

Obtener un libro en una reputada librería, por ejemplo, difícilmente baja de los mil pesos…
Tirar mil ejemplares de un libro se ha encarecido, sobre todo si utilizas un buen papel, pagas un corrector de estilo y eliges un cromocote de cartulina para la portada.
En la zona colonial no todo está perdido: en la esquina José Reyes con el Conde hay un sótano donde se ofertan libros de medio uso a lo que se agregan ,los puestos de libros sobre el suelo de la calle peatonal.

Pichardo, la Filantrópica, Luna y la Librería Internacional nataguean en la zona y se niegan a la despedida.

Un rayito de luz y esperanza: En la calle Las Mercedes frente a la Iglesia del mismo nombre abrió sus puertas Mamey un concepto de librería, galería de artes y cafetería integrados, donde se puede ir a conversar en un ambiente bucólico.

En la 315 de esa calle, los nietos del propietario original de esa casa colonial, Don RodriguezDemorizi hace unos meses,abrieron esta propuesta que me parece, llegó para quedarse.

Amasar un libro, rayarlo, poner notas al pie, dormir con el bajo la almohada, negarse a prestarlo, releerlo, amarlo, recitar algunos párrafos de memoria, es una insustituible experiencia.

Regalar un buen libro en ocasión del cumpleaños de un ser querido.

Llevarse a hurtadillas un libro ajeno es una tensa y cómplice conducta cleptomanica para algunos.

Extasiarse frente a nuestro viejo anaquel y releer “La Madre” de Máximo Gorki; volver a abrevar en los conceptos universales de José Ingenieros en “ El hombre mediocre” es una inigualable experiencia.

A veces escuchamos a un amigo mitómano que afirma:“He leído el Quijote dos veces”….

Atreverse a releer “Cien años de Soledad” del nobel GarcíaMárquez , en medio de un largo viaje a Europa, es transportarse a la ávida juventud, por la que todos pasamos.

¡ El libro se niega a morir y yo me resisto a enterrarlo!

El Nacional

La Voz de Todos