Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSAS

DE SALUD Y OTRAS COSAS

Tengo70 años ¿y qué?
En estos días en el Instituto Dominicano de Seguro Social (IDSS), estamos ubicando aspirantes a pensionarse que rondan entre los 70 y más años y quiero compartir con vosotros algunas reflexiones.
El 50% de las solicitudes de pensiones al Ministerio de Hacienda proceden del IDSS.
Es posible que el 2 al 4% de nuestra población tenga más de 70 años. La gente de este siglo “dura más” (expectativa de vida), producto de factores sociales, entre ellos el progreso de las ciencias de la salud.
Envejecer es un proceso irreversible, con un desgaste progresivo de las habilidades y destrezas físicas y mentales.
El peso de órganos como el cerebro disminuye.
Spar y Rue (1990) en su libro: “Psiquiatría geriátrica” afirman que “la inteligencia entre 55 y 70 años declina levemente, pero en algunos viejitos la habilidad y la experiencia les permite un desempeño social exitoso”.
Por otra parte la fluidez del lenguaje limita su acceso veloz al léxico, haciendo sus expresiones más concretas.
Nuestros viejos se valen de “muletillas” para hábilmente disimular sus limitaciones para recordar. “comprende”…
“comprende” repetía un famoso cirujano nuestro ya con 80 años.
Dicen que loro viejo no aprende a hablar… pero he visto a setentones haciendo piruetas en las escuelas de idiomas o estudiando Derecho en la Universidad de la Tercera Edad.
En la sociedad, sobre todo en los países subdesarrollados, existe un cierto desprecio por el viejo.
“Loco viejo” es un mote que hace alusión a dos grandes temores: enloquecer y envejecer.
Se cree que una alimentación sana desde la infancia; proceder y mantener círculos familiares armoniosos y hábitos centrados en la actividad física, en el marco de una personalidad empática, van a favor de un envejecimiento feliz.
La genética, es decir los antecedentes familiares de longevidad, ayudan significativamente en el vaticinio de la duración de un ser humano.
Paradójicamente el promedio de vida de un esquizofrénico crónico es mayor que el de sus iguales en edad.
Claro en la curva vital de un sujeto, acompañantes mórbidos como la hipertensión arterial, la diabetes u otras condiciones de atención y etiología compleja disminuyen la expectativa de vida.
Lo injusto de los planes de jubilaciones y pensiones tanto del sector público como del privado son altamente ofensivos.
El costo de la canasta familiar y la factura de medicinas para un viejo, constituye una seria noxa excluyente para miles de envejecientes.
Cinco mil 100 pesos les asignan a los miles de ciudadanos que después de completar 400 cotizaciones, el IDSS los remite a Hacienda con su opinión favorable
Para aquellas familias pobres, la mayoría que no tienen como mantener y cuidar a sus ancianos, los más de 30 asilos públicos son insuficientes y los privados tienen un costo que no está al alcance de las mayorías.
Sabemos que la brecha social que hace de la desigualdad una marca excluyente para los pobres, es una asignatura pendiente de gobernantes, que con la ayuda de todos estamos en la obligación de construir una nación más equitativa, en donde la mejoría y el acceso a pensiones justas en el sector público y privado, más que una dádiva, sea un artículo de primera necesidad en las políticas sociales.

El Nacional

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