Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSAS

DE SALUD Y OTRAS COSAS

César Mella

Apuntes sobre el estrés
El estrés es la reacción de alerta y emergencia del organismo sometido a diferentes tipos de presión. Imaginen una goma que es estirada por ambos lados y tiembla casi dando la impresión de que se va a romper.

Cualquier día nos despierta la noticia de que al vecino le robaron; al salir de nuestro hogar nos avisan que un amigo muy querido “está en la funeraria”, un rato después un tapón del transito nos causó una incomodidad y al llegar al trabajo nos peleamos con nuestro jefe.

Todos tenemos una cierta alarma que denominamos estrés positivo o euestrés y es el que experimenta un lanzador al momento de abrir un importante partido de la Serie Mundial o lo que ocurre en el momento del parto a una joven primeriza.

Un ser humano estresado puede sentir cualquiera de estas manifestaciones: la cabeza duele, el corazón se acelera y sentimos brincos en el pecho; la respiración se torna dificultosa y entrecortada. En la esfera mental la memoria y la concentración se entorpecen; nos tornamos menos productivos y el flujo de los pensamientos no es tan claro y ágil como de costumbre.

Bajo esta tensión nos tornamos irritables, el ánimo es bajo. El displacer nos pone nerviosos, irritables y hasta agresivos. Tenemos la impresión de que algo grave va a suceder.

La desconfianza y la intolerancia se aposentan. La actividad y el deseo sexual disminuyen colocándonos en una antesala en donde cualquier quebranto previo se agrava.
¿De dónde viene el estrés?
Los seres humanos que han sido criados con miedo, presión e inseguridad (mecanismos aprendidos) están predispuestos a padecer de este mal.
En el cerebro algunos neurotransmisores como la serotonina y la noradrenalina se alteran durante el estrés.
A veces los malos recuerdos, es decir, “revivir” conscientes o no, las situaciones desagradables del pasado, constituyen caldo de cultivo para este agobio. Un porcentaje de casos tienen elementos geneto-hereditarios que favorecen esta condición y se escucha decir en el barrio “los fulanos son gente nerviosas”.

Este tema que ha sido llamado “la epidemia del siglo” tiene componentes en la forma de ser y de actuar; se desarrolla por mecanismos aprendidos; se instala a veces después de una experiencia traumática, por ejemplo, después de perder nuestro hogar en un incendio, quiero decir que las causas son biológicas, psicológicas y sociales.

En estos días de amenazas de huracanes, mucha gente se mantuvo tensa a la espera de lo peor.
La vida moderna, con su velocidad y exigencia, va unida irremisiblemente a las tensiones.

Trate de tener una rutina de ejercicios físicos, podría ser caminar media hora todos los días.
Practique hábitos de alimentación sana.

En función de sus creencias medite y elévese espiritualmente.

Aléjese del consumo de los tóxicos, el más socorrido el alcohol, pero también distánciese de amistades y relacionados que permanentemente crean ambientes tensos.

Cúbrase hasta donde la sabana le alcance, es decir, no se meta en líos económicos que no puedas atender.
Sea responsable con su salud y chequéese con el médico dos veces por año, aunque no “ se sienta nada”.
No se sobrecargue de noticias negativas, lamentablemente encender la radio, el televisor u hojear un periódico en estos días es una invitación a preocuparnos.

¡Viva acorde con sus mejores valores y en comunión con su conciencia, siempre haciendo el bien!

El Nacional

La Voz de Todos