(II de II)
Hay que saber retirarse a tiempo. Cuanto más se acumulan los buenos momentos, mayor es el riesgo de resbalar y dar al traste con la dicha.
Hemos visto a deportistas que por ambición u orgullo no se retiran a tiempo y luego hacen el ridículo.
¿Cuántos jugadores de casino han ganado sumas millonarias y en segundos, por no retirarse a tiempo, lo han perdido todo?
¿Cuántos líderes no han interpretado su momento justo de dejar la política a sus seguidores?
Hay hombres que, o por su manera de ser o por su origen, se meten fácilmente en problemas .Es mas fácil evitar el peligro que salir de el.
Los llamados deportes peligrosos tienen en los adictos al peligro a sus víctimas predilectas.
Los inversionistas arriesgados tienen siempre la adrenalina lista para los grandes préstamos y los negocios riesgosos.
Se aconseja que antes de tomar decisiones hay que retirarse a pensar los días que sea necesario, colocarse en los dos escenarios: el si me va bien, pero también el si me va mal.
La vida es tan sabia que como decía Aristóteles muchas veces hay que colocarse en el justo medio de las cosas y huir de los extremos.
Elija bien. Es importante saber hacerlo. Requiere de buen gusto y un tino muy grande. No basta que usted sea un estudioso e inteligente. Sólo la buena elección da con lo mejor. Cuando lo logras obtienes dos cosas: poder escoger y escoger lo mejor
La frase precedente es del maestro Baltasar Gracián, que en los años 1600 ya redactaba consejos en su obra cumbre El arte de la prudencia.
La elección de una carrera, la mujer que entiendes te acompañará toda la vida, la selección de amistades son decisiones trascendentes que te marcaran toda la vida. Medita, sopesa, consulta y después de una mesurada reflexión: lánzate
Nunca pierdas el control. El hombre prudente se caracteriza por no perder nunca la compostura.
Las pasiones y los impulsos afectan nuestro buen juicio.
Cuando seas agredido u ofendido no respondas de inmediato.
Procura que te admiren por tu mesura.
Nunca he creído que ojo por ojo y diente por diente debe ser nuestro comportamiento vengativo.
Da vergüenza ver a políticos, dignatarios religiosos y altos gerentes de la nación perder la compostura y dar malos ejemplos.
En estos tiempos, más que nunca, refuerzo la frase: El que se lleva de consejos muere de viejo.
