Opinión

De salud y otras cosas

De salud y otras cosas

Hay miradas que matan…
El aparecimiento de la sonrisa en una criatura de pocos días de nacida es un signo alentador en psicología evolutiva; la tardanza de este signo es motivo de preocupación para los psicólogos.

El  cuerpo y la cara  expresan infinitos mensajes, a veces, más importantes que las propias palabras, pues se dice que son el sentir de cada uno de nosotros.

¿Quieren ustedes un movimiento pre-verbal más primitivo y específico que decir que sí o que no moviendo la cabeza sobre el cuello?

Ya los griegos apreciaron que las comisuras de los labios caídas podían traducir un estado depresivo y que la gesticulación excesiva está asociada a las personalidades histriónicas.

Veamos algunos ejemplos:

Cruzar los brazos sobre el pecho.- puede traducir desde necesidad de protección, indefensión hasta una actitud dominante. Para otros demuestra enfado o disgusto. Es muy difícil que fluya una relación interpersonal de forma positiva si uno de los interlocutores adopta esta postura.

Cerrar los puños y extender los brazos.- Se asocia a situaciones límites, pérdida de control o crisis nerviosas.

Morderse el labio inferior.- Se cree que traduce impotencia sobre todo si se asocia a una respiración jadeante y ruidosa.

Otra apreciación es la que ubica este gesto cuando alguien está mintiendo  o disfrazando la realidad.

Mantener la mirada fija.- Puede traducir interés en algo, concentración, atención, sinceridad. Si se prolonga en el tiempo puede ser percibido como un desafío. Las personas que por el contrario rehúyen la mirada, son evaluadas como gente poco sincera.

Pasarse las manos por la cabeza o rascársela.- Ocurre ante estrés, agobio, preocupación y frustración.

Dos apreciaciones complementarias: cuando esto ocurre, o estamos ante una duda, o sencillamente sentimos un picor súbito en el cráneo que nos invita a rascarnos.

Movimientos excesivos de los brazos al hablar.- Son tenidos por sinceros, afectivos, expresivos, calidos e impulsivos.

En nuestro medio muchos interlocutores nos sujetan por los hombros y nos salpican de saliva en un ritual molesto pero que el protagonista lo percibe como una oferta de calor humano.

Manos en la cintura.- Actitud expectante, a veces traduce rabia o disgusto. En las damas puede ser un gesto de seducción.

Balanceo de pies y piernas.- Esa inquietud puede estar reflejando intranquilidad o ansiedad.

Una mirada que gira a la derecha, retuerce los labios y frunce el ceño, que en el lenguaje popular se valora como “cortada de ojo”, es lo que algunos califican como que hay “miradas que matan”.

El Nacional

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