Valor de un buen consejo
Desde siempre se ha dicho que el que se lleva de consejos muere de viejo.
Psicólogos y psiquiatras viven orientando a las personas que sufren sobre diferentes formas de modificar actitudes y comportamientos para tener una existencia feliz.
Me atrevo a sugerir algunas orientaciones que pueden ser útiles a mis lectores para mejorar su salud mental y sobreponerse a las adversidades de estos tiempos difíciles y complejos:
Mejore sus conexiones con sus familiares y con sus buenos amigos.
Concéntrese en el aquí y ahora cuando esté bajo tensión.
Usted no podrá cambiar la muerte de un ser querido o los resultados de un accidente pero sí la forma de percibirlos e interpretarlos, ofreciendo una armónica respuesta ante la desdicha.
Acepte que no ha obtenido una meta. Siempre es bueno revisar y elaborar nuevas estrategias para conseguir nuevas cosas para mejorar nuestra condición de vida.
Dé pasos pequeños, regulares, sistemáticos y organizados. Si usted está ahorrando para comprar un apartamento o un carro, espere, quizás este no sea el mejor momento, pero sin devaluar sus recursos.
Asesórese y no dé palos a ciegas con sus metas. Estas deben ser realistas, pero tenga objetivos.
Busque el crecimiento en las pérdidas y en las adversidades.
El divorcio, la quiebra de un negocio, la pérdida de un ser querido, siempre son retos. Un trauma bien manejado nos hace más fuertes y valoraremos más lo que nos queda.
Es necesario alimentar una imagen positiva de uno mismo. El que no se quiere a sí mismo no puede amar a los demás.
Confíe en sus instintos. Todos tenemos un sexto sentido que nos advierte sobre las traiciones; nos avisa sobre las infidelidades de amigos y de parejas y nos advierte, con fino olfato, cuando algo no va bien, pero no le hacemos caso y luego, cual Chapulín, exclamamos Lo sospeché desde un principio.
Haga las cosas que le resulten relajantes y que usted disfruta, siempre que no sean tóxicas y afecten a los demás: yoga, zumba, taichí, meditación, masajes, escuchar música clásica, ir a la playa y muchas más; escoja.
Haga ejercicios con regularidad, siempre con orientación médica.
Caminar es el más económico y beneficioso.
Sea abierto con las prácticas espirituales, y dentro de ese amplio menú, escoja con sinceridad y sin fanatismo.
Recuerde que si usted no está bien tampoco podrá ayudar a los demás.
Propóngase desde hoy hacer un balance de las cosas que pueden mejorar en su salud física; su agenda laboral; su situación familiar.
Agregue, revaluar su situación económica; sus prácticas espirituales; su vida intima o emocional.
No aplique el aforismo de que en casa del herrero asador de palo, quiero decir, que si usted es pastor, sacerdote, médico, profesor, o consejero permanente, trate de mirar hacia adentro, pues, agrego yo, El que se lleva de consejos y, además, se los aplica, muere de viejo y conforme con su paso por la vida. He dicho.