Opinión

De tres urgencias, la primera

De tres urgencias, la primera

Varias veces, en  nuestros 21 artículos sobre el Plan Nacional de Pastoral, hemos acusado en él ciertas deficiencias. Muchos laicos son asignados a participar en el programa sin conocerlo cabalmente. Muchos no tienen experiencia en conocimientos pastorales y apostólicos en la “prioridad” para la que se les asigna trabajar. Muchos párrocos asignan personas muy a la carrera.

1.- El plan surge para conmemorar el medio milenio de la “evangelización en América”. La idea original, tal como se la expresa en la primera página del plan es, “comprometernos con un plan orgánico nacional de evangelización” que responda al momento histórico que vivimos (n.1).

Luego, en el marco doctrinal, subtitulado “evangelización”, se reitera que se “quiere llevar a feliz término un plan de evangelización” (n.21).

Y en el diagnóstico pastoral se enfatiza que “nuestra realidad” exige tres “urgencias generales” 1) Una “evangelización nueva” En su ardor, métodos, y expresiones que lleva a un encuentro personal con Cristo vivo). Enraizada y vivificadora de la cultura y subculturas) que llegue suficientemente  evangelizadas hacia dentro y focos de evangelización hacia fuera, que influya en la vidas superando la separación entre fe y vida ¡Maravillosa urgencia y muy bien desglosada!

II.- Y ahora sí que se aumenta el reparo “mayor” frente a los otros reparos pequeños. A mi modo de ver, desde que se comenzó el plan en su fase de “consulta” al pueblo” todo se lo ha llevado la planificación, es decir, la tercera urgencia. Pero, ¿qué se ha hecho para cumplir con la primera urgencia, sobre todo, y con la segunda?

Habría que partir del supuesto de que todos los comprometidos por los párrocos para integrar los equipos de trabajo en las 5 prioridades a nivel de parroquia, zona, diócesis, nación; estuvieran realmente evangelizados conforme a los lineamientos y momentos y proceso y consecuencias que esboza la primera “urgencia”. De lo contrario corremos el riesgo de contradecir lo que el alto magisterio enseña.

III.- Me gustan estos conceptos con que la revista semanal “Ecclesia” evalúa el recién Congreso Español sobre “evangelización y hombre de hoy”. Los 1500 participantes emitieron estas ideas con su mensaje al pueblo de Dios:

1) “Nos hemos sentido, en conjunto, como evangelizadores mediocres, cobardes a veces, divididos, rutinarios. Nos sobran palabras. Y nos falta la palabra. Porque evangelizadores, ante todo, vivir como Jesús; pero no solo en lo escondido, sino a plena luz…

2) Creemos que evangelizar hoy y aquí pasa por compartir  nuestro pan  y ofrecer gozosamente nuestra razón de vivir que no es otra que Cristo Jesús.

3) Esto exige de la Iglesia  vivir en permanente conversión. Ya que no somos nosotros los que salvamos. Salva Cristo. Pero, por voluntad suya, no sin nosotros. Ningún cristiano puede eximirse de esta apasionante tarea. Ni pretender vivirla por libre, sino en el esfuerzo diario de comunicación con toda la Iglesia…”.

El Nacional

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