Opinión

¿Debemos preocuparnos?

¿Debemos preocuparnos?

Cuando los nazis vinieron por los comunistas me quedé callado;  yo no era comunista.

Cuando encerraron a los socialdemócratas permanecí en silencio;  yo no era socialdemócrata.

 Cuando llegaron por los sindicalistasno dije nada;  yo no era sindicalista.

 Cuando vinieron por los judíosno pronuncié palabra;  yo no era judío.

  Cuando vinieron por mí no quedaba nadie para decir algo.

(Bertolt Brecht o  Friedrich Gustav Emil Martin Niemöller) (¿?)

No hace mucho lo escribí,   las próximas elecciones son de vida o muerte  para el PRD y  para el PLD. Uno no soporta cuatro años más en la oposición sin riesgos de verse  diezmado, fragmentado,  dividido; el otro si pierde las elecciones, estará  peor que el  PRD del  86.  Muchos  funcionarios  fijaran residencia en los tribunales. Será un festival de acusaciones  y sometimientos,  independientemente de lo que  pudieren acordar o no,   Hipólito y Leonel.

Será una campaña violenta y descarnada, una lucha hasta la ultima gota de sangre, máscara contra cabellera, caiga quien caiga. El PLD  tratará de salvarse cueste lo que cueste, no importa cuántos cadáveres queden en el campo de batalla.

 La fragilidad de la Junta no obstante los acuerdos, la agresividad de ciertos funcionarios  con ciertas instancias de sociedad civil,  el apresamiento de dirigentes del PRD en Santiago, el aparataje y salida del aire del  periódico digital siglo21.com, la salida de varios periódicos digitales del interior, la represión a la marcha de las mujeres en Santiago, la denuncia precipitada y extraña de las famosas cuentas, la excesiva inversión en los medios por parte del Gobierno, la enorme corrupción que nos arropa,  la degradación del debate de campaña, la campaña sucia y un largo etcétera.

Al momento, la percepción y las posibilidades favorecen a Hipólito Mejía. El hastío se apoderó del voto, la náusea  causa el rechazo. El PLD lo sabe, y ahí está el peligro. Hay razones para  preocuparse.

Afortunadamente,  son otros  tiempos y la voluntad popular deberá ser respetada.

El Nacional

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