¿Qué Pasa?

Déjese llenar  del espíritu de la Navidad

Déjese llenar  del espíritu de la Navidad

No es el árbol, ni las luces de los bombillitos navideños. Tampoco son las bebidas, el exceso de comida o la música. Estos elementos conforman el grupo de requisitos que adorna el ambiente de esta época, pero en modo alguno son el espíritu de la Navidad.

El espíritu, tal y como lo definen muchos libros, va más allá de lo físico. Es como si por fuera abundara el frio de esta temporada, pero por dentro aumentara un calor que llega al corazón y te invita a compartirlo.

No es asunto de resistirse, la Navidad está en el aire, en las

calles, en las casas y en todos los rincones que se puedan mirar.

Sólo respira y entrégate.

El espíritu de la Navidad no se ve, solo se respira, no se palpa, pero se siente fuerte. Este provoca, motiva y llena.

Provoca a encontrarse con amigos viejos, unir más las familias, contar nuestras ilusiones y creer firmemente que se harán realidad, porque en esta época de planes, todo es posible.

Es época de creencias, de fé. Es el tiempo en que renacen las esperanzas, la fuerza para realizar los planes y la convicción de que se convertirán en realidad.

Cada persona asume la Navidad de manera diferente, pero en el fondo con las mismas ilusiones y el  mismo deseo de que la salida de un año viejo, que da entrada a uno nuevo, arrastre con ella lo negativo del que se va.

El mes de diciembre inicia y muchos se empeñan en decir como siempre, que la cosa está dura y rezan: “yo… como que no estoy en Navidad”, pero luego, en la medida en que van avanzando los días, salen a la calle, respiran, miran a su alrededor y sienten algo  muy real: el espíritu de la Navidad, que te atrapa y afortunadamente, no te deja ir.

El Nacional

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