Tras la homologación de las delaciones premiadas de 77 ejecutivos de Odebrecht, en Brasil se anticipa una tormenta que no dejará piedra sobre piedra. Aunque las confesiones por el Tribunal Supremo están todavía en una fase secreta, ya algunos medios se han hecho eco de que aparecen nombres tan potentes como los del actual presidente Michel Temer y los exmandatarios Luiz Inacio Lula da Silva y Dilma Rousseff.
Pero también estarían embarrados hasta la coronilla los tres principales partidos políticos. Bautizada como “Confesión del fin del mundo”, las delaciones no solo se limitarían a los casos de Lava Jato y Petrobras, sino que incluirían las operaciones del consorcio en varios países.
Si es así, es obvio que se trata de una caja de Pandora, que, como han anticipado algunos tratadistas, estremecería a la clase política de la región.
Se sabe que la firma admitió que entre 2001 y 2016 pagó sobornos por unos 439 millones de dólares fuera de Brasil, de los cuales 92 corresponden a este país.
