Opinión

Democracia fallida

Democracia fallida

En el orden de los derechos humanos formales, los mismos solamente han sido tolerados.    Los derechos humanos de contenido social, su efectividad se ha visto deteriorada. Se ha profundizado el desempleo, inservibles los servicios de salud y educación públicas, el salario se ha deprimido y las conquistas sociales alcanzadas en épocas pasadas por las masas,  se han convertido en nada por la tremenda crisis económica que hoy golpea al pueblo dominicano.El sistema social dominante, con su expresión en la democracia representativa, ha hecho posible el agrietamiento de la familia y con ella el deterioro de todo el comportamiento de la generalidad de los integrantes de la sociedad.

De todos los fenómenos sociales el de la corrupción es el que más se ha desarrollado en los últimos diez años de democracia representativa, hasta el punto de que arropa a toda la sociedad dominicana.  Los partidos políticos  no se preocupan por nada que tenga como objetivo adecentar la lucha política; su objetivo es llegar al gobierno para repartirse el presupuesto nacional. Las reformas constitucionales ejecutadas en los últimos diez años han respondido a pretensiones grupales coyunturales, por lo que no se pueden considerar como avances institucionales.  Con las modificaciones de la Constitución se ha jugado a la reelección o no reelección.

La figura del Poder Ejecutivo, está totalmente desprestigiada desde el punto de vista institucional; está huérfana de confianza, credibilidad y prestigio.  La Cámara de Diputados y el Senado de institucionalidad nada tienen y constituyen una afrenta para la misma democracia representativa.

Los ayuntamientos, con sus síndicos y Regidores vienen a ser la continuación del Congreso y la Liga Municipal, donde la palabra institucionalidad no existe y el clientelismo político tiene un adecuado centro de operaciones y beneficios económicos.  Compite con el congreso en desprestigio.

El Nacional

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