Se han desatado en el Partido Revolucionario Dominicano, como era previsible. Tantos abusos y despropósitos a la vez saltan a la vista, factor determinante en la decisión del Tribunal Superior Electoral (TSE) para anular su actual dirigencia, electa en la última convención. Soplan vientos nada favorables al canciller y presidente del PRD, Miguel Vargas, pero esta es la parte imponderable que suele acompañar toda información política importante.
La sentencia establece que el PRD debe realizar nueva vez su convención en un plazo que no debe superar los 70 días a partir de la fecha, resultado de una demanda en nulidad presentada el día 14 de diciembre de 2017 por el dirigente político Guido Gómez Mazara, en la que también intervienen Aurelio Moreta Valenzuela, Andrés Henríquez, César Emilio Guzmán Antigua, Domingo Rojas Pereyra y José Luis Hernández Cedeño.
Convención realizada el 3 de diciembre del año pasado que encontró la dura resistencia de una porción representativa que no dudó en emprender acciones legales cuyos resultados favorecen la democracia y el sistema de partidos. En el evento, Miguel Vargas fue reelecto presidente por cuatro años, Peggy Cabral presidenta en funciones y Víctor Gómez Casanova director nacional de comunicaciones y vocero.
La nulidad despoja de legitimidad a la actual dirigencia. Crea un vacío que no fue contemplado, pero que sus organismos están en la necesidad de suplir en lo inmediato. La alianza con el PLD tendrá que ser afectada por el limbo legal en que entra el partido blanco.
Esto, sin embargo, debe ser decidido de la dirigencia a ser escogida dentro de dos meses, lo cual incluye los puestos que ocupan en el Gobierno una docena de individuos aferrados al poder, llevando a la ruina un otrora pujante partido.
Se verán de inmediato las consecuencia legales en la imposibilidad de recibir los fondos de la Junta Central Electoral y manejar las cuentas bancarias, en vista de la falta de legitimidad de las autoridades a cargo de los asuntos financieros, que van desde el presidente hasta el tesorero y secretario general del PRD.
